Según informaron fuentes de la cartera de Seguridad porteña, el conflicto se inició por un pedido generalizado de los internos para ser trasladados a penales con más espacio y mejores condiciones.
Los presos provocaron destrozos en el mobiliario y baños, y amenazaron con acentuar su reclamo.
De inmediato, las autoridades solicitaron la presencia del SAME y pudieron negociar con los reclusos para que depongan su actitud, con la intervención de un grupo especial.
Ninguno de los internos tuvo que ser trasladado a algún centro asistencial y 21 de ellos fueron derivados durante la madrugada a distintas Alcaidías de la Ciudad de Buenos Aires.
Los efectivos policiales inspeccionaron luego el área y en el sector del patio y en el baño encontraron diez facas de metal y madera, fabricadas por los presos.
En el caso interviene el Juzgado Número 39, a cargo del doctor Caunedo y ante la Secretaría 135 del doctor Muffatti.
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