Una ONG reveló que, en los últimos cuatro meses, se llevaron a cabo más de 4 mil ocupaciones ilegales de terrenos e inmuebles en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, en el marco de una "problemática situación de usurpaciones durante la pandemia del coronavirus".
El dato fue dado a conocer a través de una encuesta realizada por la ONG Defendamos Buenos Airesque, con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, abordó la "problemática de las usurpaciones en Buenos Aires que han aumentado sensiblemente durante la pandemia del coronavirus".
Según el informe, quedó acreditado, "tomando como la cantidad de delitos de despojo que investigan los distintos departamentos judiciales de Provincia de Buenos Aires, la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y las personas que denunciaron una usurpación de su casa, departamento, terreno, oficina, galpón o local comercial, que en cuatro meses, es decir entre el 9 de octubre de 2020 y el 9 de febrero de 2021, se han producido 4.400 intrusiones y usurpaciones".
Sobre ese total, la mayoría se dio en la Ciudad de Buenos Aires: 2.300 usurpaciones; en tanto que las 2.100 restantes tuvieron lugar en el Conurbano bonaerense.
La gente tiene miedo y da lo mismo si vive en Belgrano, en Pompeya, en Lomas de Zamora o en San Isidro. Las bandas de usurpadores, con sofisticados sistemas de búsqueda de casas, locales, departamentos, galpones y oficinas vacías; aprovechan el menor movimiento en la calle y por ende la menor respuesta policial por causa del coronavirus y llegan de noche para usurpar. Rompen cerraduras y puertas, ingresan y dejan en el lugar a un grupo de entre ocho y 10 personas", sostuvo Javier Miglino, director de Defendamos Buenos Aires.
Y agregó: "En general son varias mujeres con chicos. Les dejan agua mineral en botellones para varios días, comida y dinero para mantenerse mientras progresa la primera etapa de la usurpación".
Bajo esta línea, Miglino denunció la existencia de mafias organizadas que "saben que ese primer grupo, al que presentan como "vulnerable", será notificado por la Justicia de la usurpación".
"Una vez producida la notificación, hecho que ocurre a los 30 días del despojo, se retiran las mujeres con los niños y llegan barrabravas de diversos clubes de fútbol para hacer el aguante en el lugar y si no hay novedades judiciales, montar un aguantadero para instalar un comedor comunitario que maquille la situación, alquilar habitaciones, vender drogas, revender elementos robados en la zona como teléfonos celulares, tablets, notebooks, estereos y otros y de ese modo, conseguir un nuevo kiosco que financie nuevas tomas y nuevas usurpaciones", añadió.
Por otro lado, el director de la citada ONG hizo hincapié en el temor de la gente de dejar su casa sin habitantes, para luego encontrarse con que fue ocupada.
"Es fuerte el miedo de la gente en Capital Federal y en provincia de Buenos Aires porque no quieren dejar la casa sola pero también porque saben que padres y abuelos están internados o viviendo con algún pariente y la casa de los primeros está sola, elemento que la mafia de los usurpadores toma muy en cuenta, sabiendo que el propietario no volverá en largos meses, lo que permite nuevas intrusiones, nuevos aguantaderos y con esa financiación, nuevas tomas; lo que nos conduce al estado actual donde hemos pasado de unos pocos casos de usurpación hace 10 años, a cientos de casos diarios", concluyó.