Una de las hijas del fallecido exfutbolista declaró este martes como testigo en el marco del juicio que se lleva adelante en San Isidro por la muerte de su padre.
Gianinna Maradona declaró este martes frente al TOC N°3 de San Isidro en el marco de la 17ª audiencia del juicio que se lleva adelante por el deceso de su padre, Diego Armando Maradona. La joven llegó a los tribunales acompañada por su hijo Benjamín Agüero, su hermana Dalma y su mamá, Claudia Villafañe.
De acuerdo con lo que se informó, su testimonio comenzó pasadas las 12. Desde adentro de la sala, además de los jueces y los abogados de ambas partes, también la escucharon tres de los siete imputados en la causa; su hermana Jana y la expareja del futbolista, Verónica Ojeda, entre otros.
Gianinna empezó su declaración recordando lo ocurrido un mes y medio antes del fallecimiento del capitán del equipo argentino que salió campeón en México 86. Para ese entonces, describió que su padre ya estaba diminuido físicamente y desorientado.
“El 10 de octubre hablé con mi papá y le pregunté cómo estaba. No estaba muy bien. Me dijo: ‘¿Cómo voy a estar bien si pasé mi cumpleaños solo?’. Yo le dije que no había sido su cumpleaños, que no lo había pasado solo. Le recordé que cumplía el 30 de ese mes. Estaba perdido en tiempo y espacio, básicamente", relató.
A partir de ese día, según su relato, estableció su primer contacto con el imputado Leopoldo Luque, a quien definió como el médico de cabecera del fallecido exfutbolista. “ Le dije que lo veía mal, que además de no verlo feliz lo veía muy perdido, lento, que cada vez podía caminar menos. Luque me dijo que lo estaba cuidando. Me habló de Cosachov, que era una psiquiatra que habían puesto para medicarlo de forma correcta, y también me habló de Díaz, el psicólogo. Me dijo que tenía días buenos y días malos, pero que cada vez estaba mejor. Ellos no veían lo mismo que yo”, declaró Gianinna.
Luego, habló de lo ocurrido durante el día del cumpleaños de Diego. Primero contó que lo fue a saludar a su casa de La Plata y luego volvió a relatar una triste escena que marcó el inicio de lo que vendría después: “Cuando llegamos el día del cumpleaños a Brandsen, el 30 de octubre, entré a la casa, él estaba sentado en un fogón. Lo fuimos a saludar con mi hijo que tenía una remera de él abrazando a (Claudio) Caniggia. Se la muestra, él lo mira y no se reconoce (en la imagen). Había mucha gente a su alrededor, pero nadie se daba cuenta de la situación”.
Gianinna también recordó que en esa oportunidad le preguntó a su papá si se quería ir con ella, dijo que él le contestó que sí y que se tiró a sus brazos “como cuando un nene de nueve meses se te tira encima”. “Sabía que lo tenía que hacer todo muy rápido porque ya había intentado llevármelo otras veces y no lo dejaron. Pero no pude: lo vinieron a buscar porque tenía que cumplir un contrato y a mí, a mi hijo y a mi amigo nos sacó la Policía. A él lo llevaron a la cancha, donde todos lo vieron mal, no se podía ni poner el barbijo. No estaba apto ni siquiera para ver su imagen en la camiseta de su hijo”, recordó.
Días después de ese 30 de octubre, a Maradona le encontraron un hematoma subdural en la cabeza y lo trasladaron a la Clínica Olivos para operarlo. Tras esa cirugía, comenzaron las conversaciones a contrarreloj para definir dónde Diego continuaría su rehabilitación.
En su declaración, Gianinna coincidió con sus hermanas Dalma y Jana al señalar que accedió a la internación domiciliaria en Tigre por recomendación de Luque y Cosachov, los médicos a cargo de la salud de su papá. “La propuesta era una internación domiciliaria seria que nunca cumplieron”, aseguró.
“Yo no estaba tan de acuerdo con esa idea porque ya habíamos pasado una internación en un neuropsiquiátrico con mi papá y había salido muy bien. Pero elegí creer en Luque, Cosachov y Díaz, que lo venían siguiendo a mi papá. Siempre con el acompañamiento de la prepaga”, relató Gianinna. Y agregó: “Ese día me puse contenta porque pensé que mi papá tenía una oportunidad de nuevo".
Sin embargo, dijo que “con el diario del lunes” se dio cuenta de que “fue todo una puesta en escena”. “Una obra de teatro que nos montaron para seguir con lo que ellos buscaban, que era seguir teniendo a mi papá en un lugar oscuro, feo y solo”, declaró.
En medio del relato, el fiscal Patricio Ferrari reprodujo el audio de la reunión en Clínica Olivos, donde se decidió la externación de Maradona. El rol de Gianinna ante este archivo fue reconocer las voces de los participantes (médicos y familiares) y constatar esa charla, algo que lo hizo.
Al finalizar la reproducción del material, que duró más de una hora, la hija de Diego señaló: “Me causó mucho dolor, llorar no pude evitarlo. Me parece muy injusto toda esa charla, todo lo que se prometió y no se cumplió, los responsables que hablaban ahí y nos aseguraban cosas que después no pasaron. Siento que fue una manipulación horrible”.