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El hecho sucedió en Villa La Angostura el 26 de septiembre de 2016. Esteban Luis Sardi, autoridad del INCAA, falleció al volcar con su camioneta en la ruta, a donde fue Pablo Parada. Descubrieron que se quedó con herramientas de cine
Un policía de Villa La Angostura fue encontrado culpable del delito de malversación de fondos luego de que la Justicia neuquina comprobara que robó un televisor, un proyector y luces de un accidente ocurrido en la Ruta 237, en el que perdió la vida un funcionario del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA), el año anterior.
El agente Pablo Parada podría recibir una pena de dos a 10 años de prisión y la inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos luego de que quedara demostrado su participación en el robo de equipos pertenecientes al INCAA.
El caso ocurrió el 26 de septiembre de 2016, cuando una camioneta del INCAA conducida por Esteban Luis Sardi volcó en la ruta 237 y terminó con la vida del funcionario en el acto.
En el coche transportaba equipos de proyección de cine que fueron resguardados en el destacamento Nahuel Huapi.
Una semana después, personal del INCAA fue a retirar las cosas y Parada fue el encargado de entregar los elementos posterior a dejar constancia de todo en un acta.
Tiempo después, otro policía hizo el relevo de la guardia se encontró con un televisor escondido en un quincho y tapado con cartones.
Ese hallazgo le llamó la atención a este oficial que al comparar en las actas lo que su compañero había entregado al personal del INCAA, el policía notó que no había registrados los equipos que encontró ocultos: se entregaron dos TV LCD al funcionario del INCAA y un proyector, cuando en realidad había tres televisores y dos proyectores.
Al momento de recibir las cosas, el funcionario del INCAA desconocía si faltaban o no materiales, la irregularidad fue advertida por el policía que descubrió los equipos y que luego hace la denuncia a la fiscalía, según publicó el diario LM Neuquén.
A los días, las cosas comenzaron a complicarse para Parada: uno de los testigos aportó el audio de una conversación donde el otro efectivo deshonesto reconocía que se habían quedado con cosas, pero que en teoría eran “donaciones” que había hecho el INCAA.
De hecho, hay constancia de que el imputado había intentado gestionar la donación con el funcionario del Organismo nacional, pero que éste le dijo que no era posible.
El delito de peculado o malversación de caudales públicos prevé una pena de 2 a 10 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
En cinco días el juez brindará la sentencia completa y las partes tienen otros cinco días más para ofrecer las pruebas para el juicio de pena, donde finalmente se fijará la condena que tendrá Parada.
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