Diego Loscalzo se convirtió en las últimas horas en el hombre más odiado del país. Asesinó a seis personas antes de emprender una fallida huida. Fue en esas horas cuando se lo escuchó arrepentido por haber generado un baño de sangre en Hurlingham.
El criminal fue detenido en la localidad de Río Segundo, cuando viajaba a bordo de un micro rumbo a Córdoba capital. La mujer que tenía sentada a su lado, que se había subido en la localidad de Leones y compartió dos horas de viaje con Loscalzo, reveló una confesión informal del prófugo:
“Ojalá me perdonen por lo que hice", murmuraba Loscalzo.
Cuando un control simulado de la Policía de Córdoba se subió al ómnibus para detenerlo, el hombre se encontraba en el baño, donde había tirado su DNI en el inodoro. "No me peguen", gritó al ser descubierto por los policías.
Al momento en que lo subieron al patrullero, se le escuchó repetir la misma frase, con un hilo de voz apenas audible: “Ojalá me perdonen por lo que hice".
Un funcionario policial también contó que Loscalzo "no se resistió, debido a que no esperaba a la Policía en el sector", y reveló que tenían información de que el asesino podría dirigirse a Córdoba, por lo que prepararon el operativo para capturarlo.