El sargento, que estaba vestido de civil, repelió el ataque y mató de un disparo a uno de los delincuentes. Los restantes escaparon con una alta suma de dinero.
Un sargento del Grupo de Apoyo Departamental, que se encontraba de civil, mató a uno de los cuatro motochorros que lo asaltaron en el partido de Pilar.
El episodio ocurrió en la Ruta 28, a la altura del barrio Peruzzotti de Pilar y terminó con un delincuente muerto luego de que el policía repeliera el ataque de cuatro motochorros.
El efectivo fue seguido desde el partido de Tres de Febrero, donde los asaltantes lo “marcaron” luego de verlo salir de un banco.
El sargento, de 30 años, iba a bordo de su Chevrolet Agile después de retirar una importante suma de dinero cuando fue interceptado por dos motos con dos ocupantes cada una.
A partir de lo informado por fuentes de la investigación, los delincuentes lo habían “marcado” en la sucursal bancaria y lo siguieron durante varios kilómetros hasta encontrar el momento de realizar el robo.
A partir de la información publicada por el diario Resumen de Pilar, ocurrió cerca de las 17 del jueves, cuando el vehículo del efectivo quedó detenido en un semáforo ubicado en Ruta 28 y Pasteur.
En ese preciso instante, uno de los delincuentes rompió la ventanilla del acompañante y sustrajo una mochila donde el sargento llevaba alrededor de 9 millones de pesos.
Mientras tanto, los ocupantes de la segunda moto dañaron el vidrio del lado del conductor e intentaron ingresar al vehículo.
Ante el ataque simultáneo, el policía sacó su pistola reglamentaria Glock 17 Gen5 calibre 9 milímetros y efectuó un disparo que impactó en el pecho de Juan Daniel Aquino, de 24 años, domiciliado en Quilmes y con antecedentes delictivos.
El joven cayó a pocos metros del vehículo y murió casi en el acto. Personal del SAME confirmó el fallecimiento en el lugar.
Mientras que los otros tres integrantes de la banda escaparon en dirección a General Rodríguez con el dinero robado y son buscados intensamente. No se descarta que alguno de ellos esté herido.
Luego del robo, el sargento llamó al 911 y recibió asistencia de personal del Comando de Patrullas y de la comisaría Pilar 1ª. La fiscalía dispuso una evaluación psicológica del efectivo, una medida de rutina cuando un policía armado interviene fuera de servicio.
Peritos de Gendarmería, agentes de la SUB DDI de Pilar y personal de Inteligencia Criminal trabajaron en la escena para reconstruir la secuencia del ataque y avanzar en la identificación de los prófugos.
La causa quedó en manos del fiscal Raúl Casal, titular de la UFI Nº 1 de Pilar, quien investiga si la banda está vinculada a otros robos bajo la modalidad de “marcación” en la zona oeste del Conurbano.
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