En ese marco, se cree que son seis las bandas que operan, llevadas a los destinos turísticos desde dos barrios de emergencia de la Capital Federal. En un
90%, el objetivo son prendas de vestir, que luego son puestas a la venta en puestos callejeros.
El comerciante Romeo contó ayer que viene creciendo el número de mecheras, precisando que hace unos días en su local de ropa sufrió el hurto de una pollera y tras hacer la denuncia policial, y ser detenida la mujer, la dejaron libre porque le dijeron que "
no tenía delito porque es un hurto menor".
El comerciante, en un reportaje brindado a la
Radio Brisas, relató que persiguió a la mechera dos cuadras hasta que encontró a dos policías. "Los efectivos me dijeron que no la podían tocar entonces la encerraron contra la pared hasta que llegó policía femenina", precisó. "Luego fuimos a la comisaría tuvieron que revisar a la mujer a ver si la habían tocado. Le abrieron la cartera donde vieron que tenía una pollera que me había robado pero dijeron que no tenía delito porque es un hurto menor".
Romeo alertó que se ve "todo tipo de mecheras, chicos, mujeres, hombres, es la nueva modalidad de robar ropa porque no les hacen nada".
El abogado Javier Miglino, de la organización Defendamos Buenos Aires, viene trabajando la problemática con distintos foros de seguridad de la costa y centros de comerciantes. "Hay mucha preocupación entre los comerciantes, porque se organizaron muchísimo las bandas. Este año son seis las bandas, con mujeres que fueron reclutadas en las villas 1-11-14 y en la 31. Son personas que ya roban bajo esta modalidad en Buenos Aires, y justamente son convocadas para barrer la costa, desde Miramar hasta el Partido de la Costa", dijo el letrado.
"Los lugares más afectados son
Mar del Plata, Villa Gesell y Pinamar. Van operando con días saltados en cada lugar, para evitar ser reconocidas, y cambian de grupos. Sin embargo, los propios comerciantes las tienen registradas", dijo Miglino.