Un anciano y su hijo sufrieron una violenta y millonaria “entradera” en su casa en una lujosa zona de San Rafael, Mendoza.
El robo, que constituye uno de los más grandes de la historia reciente de San Rafael, ocurrió este lunes en una vivienda situada en la primera cuadra de calle Ameghino, frente al Parque de los Niños.
Las víctimas del robo fueron Paul Von Mengerhausen, de 92 años, un escritor y dueño de tierras en el departamento y su hijo Enrique, de 63, que se dedica a la venta de lotes.
Todo comenzó cuando el empresario salió a abrir a la empleada doméstica y fueron sorprendidos por los ladrones que habrían estado a la espera.
Los delincuentes portando sólo un objeto punzante, que sería un destornillador, los hicieron entrar y los reunieron en el interior de la casa a los dos hombres y a la mujer, a quienes estuvieron amenazando violentamente durante unos 40 minutos.
Aparentemente, los delincuentes tenían algún conocimiento de que en el lugar había plata, teniendo en cuenta la actividad del dueño de casa.
Los atacantes serían entre cuatro o cinco, ya que las víctimas no pudieron precisar el número exacto.
Es que tres se encargaron de amenazar y maniatar a la familia, pero habrían visto un cuarto sujeto dando vuelta en un patio interno y se sospecha que también había un quinto haciendo de campana.
“Iban sin armas de fuego, sólo uno de ellos portaba un objeto, totalmente encapuchados y con guantes”, según explicó al Diario UNO una fuente policial.
Una vez que los malhechores lograron quebrar a las víctimas, teniendo en cuenta que eran dos personas de avanzada edad y una mujer joven, pudieron dar con el cuantioso botín.
Antes, los amenazaron y al hombre de 63 años llegaron a tajearlo en la cara.
Los ladrones se llevaron 140.000 dólares, unos 9.500 euros (unos 2.720.000 pesos), relojes y algunas alhajas. Al huir los dejaron atados.
Tras lograr zafarse, padre e hijo pudieron comunicarse al 911 alrededor de las 21:40.
Los investigadores no descartan que los asaltantes hayan realizado inteligencia previa.
Además, atrás de la vivienda hay un descampando desde donde se sospecha que han estado vigilando los movimientos.
El caso quedó en manos de la fiscal de instrucción Andrea Rossi, que inició una causa bajo la carátula “robo agravado”.
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