Un hombre fue asesinado de 26 puñaladas en una casa del partido bonaerense de San Vicente y por el crimen fueron detenidos su esposa, su hija adolescente y el novio de la chica, quienes -se presume- organizaron el crimen por los constantes episodios de violencia familiar que sufrían de parte del fallecido.
El trágico episodio ocurrió en una vivienda de la calle San Miguel del Monte al 1700 de San Vicente y el muerto fue identificado como Andrés Pezko (de 49 años), quien presentaba varias heridas de puñaladas en distintas partes del cuerpo.
“Todo comenzó cuando una mujer llamó a la comisaría y denunció que había hallado a su marido asesinado dentro de la casa en medio de un charco de sangre. Cuando los policías llegaron al lugar, encontraron el cadáver, pero no hallaron el arma homicida. Al ser interrogada, Karina Rosana Fernández (46), dijo que cuando llegó a la casa encontró a su esposo en ese estado y que no sabía si habían robado algo del lugar, una vivienda muy precaria”, indicaron los investigadores del caso, en relación a la situación preliminar.
Con el paso de las horas y ante distintas evidencias, la mujer terminó confesando en medio de una crisis nerviosa que el crimen había sido organizado por ella y concretado por su hija de 16 años y el novio, llamado Alan Martín Ariaga (20), quienes también se hallaban en el lugar.
Los tres involucrados contaron que eran frecuentes los episodios de violencia, tanto física como psicológica, por parte de Pezko y que lo mataron porque “estaban cansados de ser agredidos”.
Si bien esta declaración no tiene validez legal, Karina Fernández aseguró a los policías que ella había planeado todo, pero que luego no participó y le pidió a su hija y al novio que desistieran del crimen, pero ellos insistieron en cometerlo, porque estaban hartos de los malos tratos.
Tras la confesión, personal de la DDI de La Plata constató que en el Departamento Judicial de Presidente Perón existía una denuncia previa por parte de la mujer de Pezko contra su marido por amenazas de muerte y violencia familiar.
De acuerdo a los primeros informes obrantes en el expediente, el hombre fue asesinado luego de llegar a su casa y cuando se encontraba recostado e intoxicado, ya que se trataba de un persona que habitualmente bebía alcohol en exceso y consumía drogas. Por su condición de adicto también cometía delitos y esto era motivo de constantes discusiones con su familia.
Tras el crimen, todos se cambiaron la ropa, ya que las prendas estaban manchadas de sangre y el joven se deshizo de ellas. No obstante, la mujer decidió dar aviso a la Policía y después de la confesión, la adolescente reveló que habían arrojado en un descampado cercano al lugar del crimen las prendas de vestir y el cuchillo utilizado para cometer el asesinato.
El titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 Descentralizada de Presidente Perón, Juan Cruz Condomí Alcorta, a cargo de la causa, solicitó la detención formal tanto de la mujer como de la hija y su novio, quedando imputados por “homicidio agravado por el vínculo, por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía”. Más tarde, el juez de Garantías de Cañuelas, Martín Rizzo, avaló la solicitud y hoy dos de los acusados serán indagados. En tanto, la adolescente quedó a disposición de la Fiscalía de Responsabilidad Juvenil del Departamento Judicial de Presidente Perón, a cargo de Silvina Pérez.