Según reconstruyeron los testigos, luego de que la bala rebotara contra una de las paredes el carnicero quiso asustar a los delincuentes dándole un golpe de cuchilla a la sierra que utiliza todos los días para cortar la carne. Los intrusos salieron del local y volvieron a disparar. Él fue tras sus pasos, se subió a su Peugeot 306 e inició la persecución, que finalizó 400 metros después: embistió la moto en la que se movían sus presas. Una de ellas escapó. La otra quedó atrapada entre el auto y el poste de un semáforo.
Brian Emanuel González todavía estaba vivo para escuchar la ira de los vecinos que se acercaron hasta el lugar del accidente, en la avenida Antártida Argentina y Echeverría. Y para sentir las patadas y golpes de puño que le propinaban. Tuvo que llegar la Policía para calmar los ánimos y asegurar el traslado del delincuente al hospital Virgen del Carmen. Donde por la noche murió a causa de las "hemorragias internas".
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¿Murió por las consecuencias del impacto contra el semáforo o la agresión de los vecinos empeoró el cuadro? ¿Actuó el carnicero en defensa propia, bajo un shock emocional, o simplemente se trató de un abuso de la legítima defensa? Las redes sociales no tardaron en dar su veredicto.
Por el momento la causa está caratulada como homicidio y se aguardaba la declaración del carnicero ante el fiscal 6 de Zárate-Campana, Martín Zocca, así como también los resultados de los peritajes. Los voceros dijeron que en la escena del hecho no se encontraron armas, aunque sí se detectaron al menos seis impactos de bala en distintos lugares a lo largo del recorrido que hicieron los delincuentes desde la carnicería hasta ser embestidos.
"Por supuesto que justifico lo que hizo mi hermano. Actuó para defender lo de él. Aparte escúchame: te están tirando tiros, ¿vas a dejar que te peguen?", planteó Gabriel, el hermano del comerciante detenido.
"Mi cuñado dice que los quería tirar para que se cayeran y los atraparan, pero no es lo que él quería (matar a uno de ellos). La gente reacciona re mal y le empieza a pegar al delincuente debajo del vehículo", dijo Natalia, la cajera de la carnicería, luego de relatar lo ocurrido.
"Tengo bronca, ¿qué más podemos decir? Estamos todos mal, lo que le pasó, pasó. Quiero ir a verlo, preguntarle 'por qué hiciste esto'. Esperar que salga prontito nomás, que siga trabajando, es un hombre muy trabajador", murmuró Erico, el padre.
"¿Y si hubiese sido el carnicero el que hubiese muerto, o una criatura?", se preguntó Carola, una vecina que presenció las escenas de linchamiento explícito. "Estamos cansados de que nos roben, no podés mandar a un chico al quiosco porque no sabés si vuelve".