Distante de todo y de todos. Así está Alberto Fernández de la campaña electoral y de los principales actos de gobierno. Para disimular esa distancia, el presidente se irá de viaje varias veces a partir del mes de que viene. Sus principales destinos: Nueva York, Chile, China e India. Y probablemente se agreguen Cuba y Sudáfrica.
En esto trabajan en la Casa Rosada cuando falta poco más de una semana para las PASO. La agenda internacional del presidente se organiza desde la Casa de Gobierno pero también desde la Cancillería, donde Santiago Cafiero revisa una por una las invitaciones que le habían llegado para Alberto Fernández de foros internacionales y que aún no fueron respondidas. Y trata de articular las fechas y lugares para que el presidente pueda ir a todas las que consideran importantes.
Mientras tanto, Sergio Massa encabeza la campaña de cara a las elecciones presidenciales con total ausencia del presidente en la estrategia electoral. “Se prefiere que esté lo más lejos posible”, admitieron en el bunker de Unión por la Patria.
Consultada sobre la distancia y el silencio en el que está sumido el presidente, la vocera presidencial Gabriela Cerruti, relativizó la poca presencia de Alberto Fernández en la campaña electoral. “El Presidente decidió dedicarse a la gestión y allanarle el camino a los candidatos”, aclaró en la conferencia que habitualmente brinda cada jueves en la Casa Rosada.
Cerruti, que acompañará al presidente en los próximos viajes, precisó cómo será la agenda internacional de Alberto Fernández. “En principio está confirmado que va a asistir a la Cumbre del G-20, en India, y a la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York. Y después hay viajes que pueden realizarse y están siendo analizados como puede ser el G-77, en Cuba y una invitación para ir a China a seguir avanzando con el comercio bilateral y profundizar las relaciones con China”, precisó.
También indicó “hay una invitación para asistir al aniversario de Chile, el 11 de septiembre. Esas son las invitaciones que está analizando. Y aseguró que una vez que “esté la agenda perfectamente establecida”, será comunicada oficialmente.
Sin participación en la campaña, los viajes por el mundo le permiten a Alberto Fernández recuperar algo de protagonismo aún fuera del país, lejos de los actos de campaña que lidera Sergio Massa y que organizan Eduardo “Wado” de Pedro y el kirchnerismo, y de los que participan también su jefe de Gabinete, Agustín Rossi.
No está claro aún cómo cerrará su campaña de cara a las PASO la coalición gobernante, lo que está claro que es que si hay un acto de cierre de campaña Alberto Fernández no estará presente. Tampoco estará la noche de las elecciones en el búnker de la Chacarita donde se reunirán todos los dirigentes de Unión por la Patria, el mismo donde festejó cuando fue electo presidente en el 2019.
Pocas horas después de las PASO, el 15 de agosto, Alberto Fernández hará un viaje express al Paraguay, para participar del acto de asunción de Santiago Peña quien reemplazará a Mario Abdo Benítez como presidente del vecino país. Irá y volverá en el día a Buenos Aires.
En septiembre, el ritmo de los viajes se intensifica. Entre el 9 y 10 se realizará la 18ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 en Nueva Delhi, India. Allí estará Alberto Fernández acompañado por Santiago Cafiero. Desde allí, es posible que el presidente intente llegar al acto que se realizará en Santiago de Chile el 11 de septiembre para repudiar los 50 años del golpe contra Salvador Allende, pero los tiempos son muy ajustados. Una semana más tarde, las autoridades argentinas están invitadas a participar de la 78ª Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York.
Para octubre, antes de las elecciones generales, Fernández realizaría su último viaje. Sería a China, país en el que ya estuvo en febrero del año pasado, en una gira que también incluyó Rusia. Aunque aún no está confirmado después de Chile y antes de viajar a Nueva York, Fernández podría visitar Cuba.
Así, en un año electoral movido pero totalmente alejado de la campaña, Alberto Fernández elige viajar por el mundo y cumplir con su agenda internacional, lo que lo mantendrá alejado de los actos de campaña pero ocupado. Una alternativa que parece menos dolorosa que admitir que está fuera de todo juego.
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