Algo está oliendo mal en la comuna de Lomas de Zamora

La mayor parte es enviada sin ninguna clase de tratamiento a los predios de la CEAMSE, pero muchas otras se acumulan en riesgosos basurales a cielo abierto. Lo más grave de todo es que el gobierno municipal carece de un plan integral de gestión de residuos sólidos urbanos (RSU) y la problemática ambiental no figura en agenda del intendente Martín Insaurralde, lo que debería ser imprescindible para revertir esta situación y

garantizar un ambiente sano a cada uno de los habitantes. Hace más de dos años que la oposición, desde el bloque de concejales de Cambiemos, reclama informes al Ejecutivo, pero ‘ni siquiera se dignaron a respondernos’. Por ello, acusan al alcalde de ‘mirar para otro lado’ y lo responsabilizan de la contaminación y los graves riesgos sanitarios al que quedan expuestos miles de ciudadanos que conviven con la basura, más en estos días de altas temperaturas.

Según el informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en el área de influencia de la CEAMSE (Coordinadora Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado), el municipio que lidera el ranking de generadores de residuos es La Matanza, con 1764 toneladas diarias, seguido por Lomas y San Isidro.

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La legislación nacional (Ley 25.916) y provincial (Ley 13.592) en la materia son muy claros: los gobiernos locales son los encargados de gestionar los residuos generados en sus jurisdicciones a fin de promover la valorización de los mismos, minimizando la cantidad enviada a disposición final y reduciendo los impactos que estos provocan en el medio ambiente. Las normas fijan como objetivos incorporar paulatinamente la separación de origen, la valorización, la reutilización y el reciclaje, y minimizar la generación de residuos, diseñar e instrumentar campañas de educación ambiental, al margen de que en un plazo de 5 años deberían reducir en un 30% la totalidad de los residuos con destino a disposición final.

Nada de esto ocurre en Lomas, donde no se realiza separación de residuos, más allá de lo que puedan hacer las agrupaciones de cartoneros, mucha veces en condiciones inadecuadas, y existen amplios áreas donde el servicio de recolección no llega.

Así, al recorrer el distrito uno puede toparse con basurales menores en barrios de Ingeniero Budge, Llavallol, Fiorito y Santa Catalina. Pero al camina por la Cava de Fiorito, se comprueba como brilla por su ausencia el programa de recolección de residuos diferencial.

‘Al pararse en Murature al 1300, en Villa Fiorito, no podés respirar por el olor nauseabundo y ves las ratas, moscas, gusanos casi adentro de las casas de los vecinos’, describió el presidente de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante local Jorge Villalba tras una visita a esos lugares. Otros focos de contaminación son Quesada y Australia y General Paz y Plumerillo.

‘Es lógico que todo esto acontezca acá, es la consecuencia de seguir mirando hacia otro lado, es producto de la deficitaria planificación estratégica en el área, en el crecimiento poblacional así como la falta de políticas activas adecuadas para revertir la situación’, disparó el edil de Cambiemos.