El escándalo se hizo sentir en la sede gubernamental, donde algunos funcionarios esperaron hasta donde pudieron que el ex subsecretario de la Presidencia presentara papeles que lo respaldaran.

"Hizo lo mejor para no seguir dañando al gobierno”, reflexionaba anoche un funcionario minutos después de conocerse la renuncia de Valentín Díaz Gilligan, el subsecretario general de la Presidencia acusado de haber ocultado 1,2 millones de dólares en un banco de Andorra. La salida del funcionario, a la postre, marcó un cambio de postura dentro del oficialismo: con el correr de las horas fue perdiendo apoyo y por la tarde a las voces críticas de los socios de la UCR y la Coalición Cívica se sumaron algunas del PRO, eje de la partido alianza.

En Casa Rosada desde bien temprano se mostraron sorprendidos por la repercusión del tema y pedían tiempo para que el segundo de Fernando de Andreis pudiera exponer documentación en la que deslindara responsabilidades.

La revelación del diario español El País del último viernes informó la existencia de un depósito de 980 mil euros en la Banca Privada d’ Andorra, donde hasta el año pasado regía el secreto bancario, en una cuenta a nombre de la empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol Line Action, de la que el ahora ex funcionario fue representante y accionista entre fines de 2012 y 2014 cuando, asegura, pidió apartarse al asumir como director de Turismo de la Ciudad, trámite que demoró algunos meses hasta que se inscribió a su reemplazante. “La sociedad comienza 2 años antes” de asumir en gobierno, declamaba por aquellas horas.

Pero con el paso de los días su situación se fue tornando cada vez más complicada: el radical Mario Negri y los ‘lilitos’ Fernando Sánchez -hoy con despacho en Casa de Gobierno- y la diputada Paula Oliveto le recomendaron apartarse en el cargo hasta tanto no aclarara su situación. Ayer se sumaron dirigentes del PRO.

“Hubo un mal manejo de la Rosada, si se iba el sábado ni siquiera hubiese habido denuncia judicial. Acá no es sólo que omitió declarar esa sociedad en su DDJJ sino que evadió al fisco y podría ocultar maniobras de lavado”, contó un dirigente del partido fundado por Mauricio Macri.

Se refería a la denuncia que radicó por la mañana el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade que recayó en el juzgado federal de Claudio Bonadío.

En verdad, con el correr de las horas se percibió una puja entre quienes pugnaban por esperar las explicaciones de Díaz Gilligan y quienes le pedían una renuncia que descomprimiera el clima de tensión.

“Se lo comió el sistema: no pudo explicar sus argumentos. Estaba bajoneado y renunció. Para nosotros es inocente, no está claro que tendría que haber declarado esa participación en esa sociedad”, explicó anoche una calificada fuente con despacho en Balcarce 50. Más allá de la banca, también se escucharon ayer voces que decían que la continuidad del subsecretario dependía del dictamen de la OA o “de un gesto suyo” al hacer referencia a una eventual renuncia que, a la postre, se concretó.

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Tampoco algunos funcionarios entendían el “ensañamiento” contra el actual vocal de River Plate. “Es un funcionario de segundo orden”, argumentó una fuente. Es cierto que ministros que en el último mes quedaron en el medio de la tormenta, como Jorge Triaca por las declaraciones de la doméstica Sandra Heredia o Luis Caputo al conocerse que ocultó su participación en un entramado de off shores, no recibieron “fuego amigo” y permanecen incólumes en sus cargos

Por la mañana Díaz Gilligan sólo envío una carta formal poniéndose a disposición de la Oficina Anticorrupción. “Pero aún no presentó un papel”, dijeron en el organismo donde observaron que su explicación mediática ‘no fue convincente’ e incurrió en contradicciones.

En la Secretaría General ayer se veían rostros conmovidos por la salida del funcionario. De hecho, De Andreis el último viernes desde el retiro de Chapadmalal lo había bancado: ‘Son entendibles sus explicaciones’. Ayer se retiró por la explanada Rivadavia a las 19 con el rostro apesadumbrado. ‘Una lástima. Era buena persona’, dijo otro funcionario de esa dependencia.

Por ahora, no se conoce el nombre del eventual reemplazante. “Eso lo van a decidir Marcos (Peña) y Fernando (de Andreis)”, contaban fuentes consultadas.

Desde Chapadmalal Peña se asesoró con la titular de la OA, Laura Alonso, sobre los alcances del caso. El domingo el jefe de Gabinete había explicado que esperarían el dictamen de la OA. Ayer hubo reuniones de coordinación de gobierno pero en el oficialismo perjuran que la renuncia fue decisión del propio funcionario.

En el gobierno saben que pusieron muy alta la vara de la transparencia desde un comienzo para diferenciarse de lo que ocurría durante el kirchnerismo. El ex funcionario, de alguna manera, quedó preso de esa política.

“A pesar del respaldo incondicional que sentí por parte de todos los miembros de nuestro gobierno, no creo necesario continuar aferrado al cargo. Por este motivo continuaré contribuyendo con las exigentes metas de transparencia que nos propusimos demostrando mi inocencia en todos los ámbitos en que se me reclame. Como manifesté públicamente las acusaciones que se hicieron en mi contra son falsas y así quedará debidamente demostrado”, sentenció en su carta de renuncia. Por lo pronto, deberá presentar documentación en Comodoro Py y tiene otros 9 días hábiles para hacer lo propio en la OA.

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