El presidente Alberto Fernández se animó y lo propuso así, sin más vueltas. “Hagamos una especie de terapia de grupo y encontremos una solución dialogada”, lanzó. La frase se las dijo a empresarios y dirigentes sindicales con quienes se reunió el lunes. Y la repitió el martes durante un encuentro del Consejo Económico y Social. Fue allí donde dejó bien en claro que la salida deberá ser consensuada, pero también que el responsable de combatir la inflación es Roberto Feletti, y no Martín Guzmán.
“Tuve una primera charla con amigos de la UIA y la CGT y les planteaba miren, hemos probado mil formas, nos peleamos, discutimos, algunas veces nos bombardearon, por qué no nos sentamos en una mesa, hagamos una especie de terapia de grupo y encontremos una solución dialogada”, dijo Alberto Fernández.
Audaz, el presidente se atrevió a agregar una frase que bien podría ser polémica y hasta podría leerse como un mensaje puertas adentro: “Démosle una oportunidad al diálogo, como (John) Lennon que pedía una oportunidad a la paz, para ver si podemos construir algo distinto”. Quienes estaban escuchándolo en el Centro Cultural Kirchner entendieron que se refería a la lucha contra la inflación. Algunos, además, creyeron escuchar un mensaje entrelíneas dirigido a la vicepresidenta y su entorno.
Sentado entre Gustavo Béliz y Sergio Massa -más allá estaba Matías Kulfas-, el presidente se destacaba entre todos ellos por ser el único que se atrevió a lucir una corbata roja, como lo hacen los candidatos republicanos en Estados Unidos cuando van a un debate presidencial.
Alberto Fernández señaló allí que el pasado lunes habló con el ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre el el fuerte aumento de los precios. “La inflación en gran medida es un problema nuestro, porque es cierto que se complica por el escenario internacional pero de los 50 puntos (de inflación) debe haber 10 que tienen que ver con la guerra y el contexto, pero hay 40 que son nuestros”, resumió.
Y en seguida tuvo un gesto que dejó bien en claro en quién delega el presidente el combate día a día contra la inflación. “Lo veo ahí a Roberto (por Feletti) que todos los días lucha contra un flagelo que nos complica a todos”, dijo el presidente en una suerte de saludo al secretario de Comercio Interior. Y afirmó: “Nada lastima más que la inflación, porque sentimos que lo que ganamos no nos alcanza”.
Las frases del presidente dejaron, entre los empresarios presentes, la certeza de que el Gobierno no anunciará más medidas que las que ya presentó hasta ahora. Eso fue pese a que el propio Alberto Fernández aseguró: “Sabemos dónde tenemos que ir y lo que tenemos que hacer”. Sin embargo, entre los hombres de negocios persistía el reclamo de conocer más detalles de cómo implementará el Gobierno el plan económico que acordó con el FMI.
En un intento por calmar los ánimos y también por lograr que le den su confianza una vez más, el presidente les pidió a los empresarios: “Pongámonos en orden y aprovechemos tantas oportunidades. Entendamos que todo eso que el mundo reclama y tenemos. Está muy bien que se lo vendamos al mundo, pero no está bien que se convierta en un problema para los argentinos. Dense cuenta de la oportunidad que tenemos, una vez probemos en ponernos de acuerdo”. A esa altura, ya todos se habían quedado pensando en la propuesta de la terapia de grupo.