Ante la consulta del periodista
Eduardo Feinman en Radio 10 sobre "
El Eternauta", Macri sentenció: "
No. Definitivamente no entra y no entra ningún tipo de manipulación, de adoctrinamiento".
Luego de la aseveración del jefe de Gobierno porteño, las críticas desde diferentes sectores políticos inundaron las redes sociales.
"Reivindico El Eternauta. Todo esto me hace acordar a los tiempos de la dictadura, a donde se quemaban y se prohibían libros. Esto es lo mismo", reflexionó la diputada porteña
Laura García Tuñón. "Tanto decir que El Eternauta no puede entrar más en las escuelas, como sostener el 0800 buchón que instiga a la delación, es no hacerse cargo de los problemas reales de la Educación", aseguró la legisladora de Buenos Aires Para Todos, quien pidió que "dentro del horario escolar" no haya intervenciones políticas.
"Su opinión ofende a una obra literaria, con un enorme valor simbólico para nuestra sociedad, eso habla de la ignorancia de Macri. Ni Oesterheld ni Solano López merecen ese maltrato. Es una ofensa para Oesterheld y sus familiares desaparecidos", opinó la legisladora kirchnerista
Gabriela Alegre, antes de manifestarse contra el 0800 que impulsan desde el Ministerio de Educación porteño: "En las escuelas es a dónde se enseñan los mejores valores, a dónde se construyen las relaciones de confianza y compañerismo, pero Macri incita a la delación entre compañeros."
Fernando Sánchez de la Coalición Cívica también se sumó al rechazo al afirmar que "Macri debería leerlo primero para opinar, que yo sepa no es un libro prohibido, debería estar en todas las bibliotecas y ser los chicos quienes elijan leerlo o no".
En tanto, el senador nacional
Daniel Filmus también aseguró que "en su afán represivo, Macri se pelea hasta con personajes de historieta".
El Eternauta, es la obra escrita de
Héctor Oesterheld, desaparecido por la última dictadura en 1977, y
Francisco Solano López, ciudadano ilustre porteño.
Con sus dichos, el empresario desató un tendal de críticas de dirigentes políticos y sindicales, y recibió de parte de
Elsa Oesterheld, la viuda del autor, el calificativo de "absurdo y ridículo", según publica el matutino
Tiempo Argentino.