En Río Gallegos, Santa Cruz, se vivió una noche de tensión. Entradas las primeras horas del sábado, una protesta en la puerta de la residencia oficial de la gobernadora Alicia Kirchner culminó con represión policial y dejó un saldo de cuatro heridos, entre ellos, un fotógrafo. Los manifestantes se juntaron al enterarse que Cristina Fernández de Kirchner estaba en el domicilio. Sin embargo, la presencia de la expresidenta no fue confirmada.
A medida que el número de asistentes crecía, también lo hizo la cantidad de miembros de Infantería. En el primer accionar de las fuerzas estatales se registraron tres heridos: los manifestantes habían logrado franquear la reja de uno de los ingresos a la casa de la Gobernadora, y los efectivos reprimieron para dispersar.
Uno de los heridos fue el fotógrafo Jorge Riquelme, de ATE, quien recibió una herida en la cabeza. Un dirigente de izquierda resultó herido en la pierna, mientras que el chofer de una ambulancia culminó con varios perdigones de goma en su espalda. El último lesionado resultó herido en la cara, a la altura del ojo, cuando entrada la madrugada hubo otra acción para ahuyentar al grupo de manifestantes.
Además, infantería tiró gases lacrimógenos para accionar contra un grupo reducido que, repudiado por el grueso de la protesta, le tiraban piedras a las ventanas de la residencia. A partir de las 2:30 de la mañana, el número fue menguando. En la mañana del sábado, la residencia amaneció custodiada por Infantería.
Todavía no se confirmó la presencia de Cristina Kirchner, pero se estima que tanto ella como Alicia pudieron salir de la residencia aprovechando un momento de confusión durante los reclamos.
Los empleados estatales llevan sin cobrar el sueldo del último mes, y la gobernadora, semanas atrás, había manifestado que la provincia está "quebrada" y que necesita una refinanciación de la deuda provincial por parte del gobierno nacional para poder afrontar el pago de los sueldos.