El gobierno trabaja para confeccionar un índice de pobreza ‘multidimensional’, que mida además el acceso a agua potable y cloacas, al transporte público y educación, que ‘complementaría’ al que utiliza actualmente el INDEC, que es por ingresos, una estrategia que había despertado suspicacias esta semana al conocerse también un borrador para reformar al organismo estadístico.
Durante el anuncio de los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre personas bajo la línea de pobreza, que se establece sobre los ingresos monetarios de los hogares, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, blanqueó que ‘el instituto fue recuperado después de muchos años de no medir la pobreza. Siempre pensamos en hacer una medición multidimensional’ de la misma.
Es que la funcionaria y otros integrantes del Gabinete creen en un abordaje integral de la problemática -durante el acto incluso Mauricio Macri indicó que ‘no se sólo se trabaja en la pobreza con transferencia de ingresos’ como planes sociales o subsidios al consumo- a fin de garantizar a poblaciones vulnerables el acceso a servicios esenciales que mejoren su calidad de vida. Y, vale decir, mucha de la obra pública que se realiza y la que está proyectada tiene ese objetivo que, hacia el año 2019, podría canalizarse electoralmente.
Pero también podría aprovecharse desde lo simbólico -Macri reiteró esta semana su gobierno debería ser evaluado por cómo logró bajar ese índice- si para esa fecha se tamiza la cifra de pobreza bajo esos nuevos estándares. De hecho, son similares a los que utiliza la UCA en sus tradicionales relevamientos.
Desde fines de 2016, a través de un plan del ministerio del Interior, el gobierno destina unos $15 mil millones a obras en los 100 barrios con más pobreza del país donde se prevé la construcción de redes de agua, cloaca y viviendas a fin de mejorar las necesidades básicas.
El diciembre pasado la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, mantuvo una reunión en Casa Rosada con funcionarios nacionales en las que dio el puntapié inicial al proyecto para urbanizar las 6 villas más emblemáticas de la Provincia. Se trata de ‘llegar con el estado’, como gusta decir a la mandataria, en Puerta de Hierro y San Petersburgo (La Matanza) -donde viven unas 2.500 familias-, Villa Itatí (Quilmes) -es la más grande, con 60 mil habitantes-, La Cava (San Isidro) -donde viven unas 2.300 familias-, Carlos Gardel (Morón) -viven unas 10 mil personas- y Costa Esperanza (San Martín) que cobija a 1800 familias afincadas a la vera del río Reconquista.
Es que con las obras de hábitat, como definen en el oficialismo, buscan transformar la vida de las poblaciones vulnerables. Eso impactaría en la eventual re-calibración de un índice multidimensional de esta problemática.
Empero, Jorge Todesca, titular del INDEC, se opone al cambio metodológico ya que considera que el actual es el correcto e incluso constituye uno requisitos para el ingreso de Argentina a la OCDE, la exclusiva organización intergubernamental al que desea ingresar. El funcionario el año pasado explicó a este diario que las principales naciones miden la pobreza por ingreso.
Casualmente esta semana se conoció que el gobierno trabaja para reformar al INDEC: primero se informó un borrador del ministerio de Hacienda que preveía su desaparición para convertirlo en el Ine (Instituto Nacional de Estadísticas), con menor potestad sobre la definición de políticas; más tarde se sumó una nueva iniciativa que elabora la Jefatura de Gabinete.
Esta última crea una estructura más grande que incluye al actual Instituto pero reformula el directorio del organismo. Con todo, no se sabe cuál será el papel de Todesca ante este nuevo escenario.
Para aventar todo tipo de fantasmas, un funcionario de Jefatura consultado por este medio aclaró que ‘lo que dice la ministra (Stanley) es que trabajamos junto a Desarrollo Social en un índice que refleje no sólo ingresos sino también el acceso a servicios, educación, hábitat, transporte público para, así, comprender todas las dimensiones de la pobreza. Pero eso va ser complementario al del INDEC, que va a seguir midiendo por ingresos con una línea de pobreza’.
En este marco, el colaborador de Marcos Peña insistió en que ‘no hay intención de cambiar la medición de pobreza del INDEC pero sí tener un panorama más rico sobre otras cuestiones’.
Lo cierto es que habrá que esperar la puesta en marcha del nuevo INDEC, aún no fue girado el anteproyecto al Parlamento, para conocer cómo continúa el devenir del recuperado organismo estadístico tras la intervención que, de hecho, realizó el kirchnerismo durante el año 2007.
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