Ante la llegada del invierno y el creciente uso de las estufas, las facturas llegan a rondar los 4 mil pesos. "Son realmente impagables para muchos sectores sociales", advirtió Pedro Bussetti, titular de DEUCO.

En menos de un año, el valor del gas se incrementó en más de un 500% y con la llegada del invierno, que trae aparejado un mayor uso de las estufas, en el Conurbano bonaerense empezaron a llegar facturas que rondan los 4 mil pesos, un número que cada vez ocupa un mayor porcentaje en los ingresos de miles de familias.

“En estas fechas, una familia tipo con dos estufas y un calefón o termotanque puede llegar a gastar 450 o 500 metros cúbicos por bimestre, por lo que le va a llegar una factura cercana a los 4 mil pesos”, aseguró a DIARIO POPULAR Pedro Bussetti, titular de DEUCO (Defensa de Usuarios y Consumidores), en relación a las boletas que cada vez con más frecuencia reciben los hogares del Gran Buenos Aires y distintas partes del país. Este cálculo puede reducirse o incluso aumentar de acuerdo al consumo de gas en cada vivienda y se siente de mayor manera en el Conurbano, donde según el INDEC hay casi 930 mil hogares por debajo de la línea de la pobreza.

“Hay familias que no llegan a un ingreso de 10 mil pesos y, aunque cuiden el gas y tengan que pagar mil, ya les representa el 10% del salario”, advirtió Bussetti, aunque aclaró que “al estar en invierno, muchos hogares suelen pagar más”.

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“Es una situación muy compleja y angustiante, porque las facturas son realmente impagables para muchos sectores sociales. Hay hogares que pagaban 200 o 300 pesos y hoy tienen que pagar 2.500 o 3 mil por un consumo similar”, insistió.

En el otro extremo, se ubican los que llevan el consumo hacia el mínimo, pasando frío para evitar que les venga una boleta que no pueden pagar. “Los jubilados te dicen ‘la estufa no la estoy prendiendo porque tengo miedo’. Los sumimos en la pobreza energética por el valor excesivo, con un aumento que superó el 500% desde septiembre del año pasado”, alertó el titular de DEUCO.

Por eso, consideró “irrazonable que se fijen tarifas que el consumidor no puede pagar” y graficó: “Un jubilado que cobra 6 mil, no puede pagar 2.500 porque consumió 200 metros cúbicos”. “La Corte Suprema cuando anula el primer aumento dice en el fallo que las tarifas tienen que ser justas, razonables y proporcionales al ingreso de los que tienen que pagar las tarifas. Y esto no se cumplió”, sentenció.

A la suba de tarifas, se le suma un problema que no debería ser tal: “La inspección de las viviendas particulares aduciendo el control de las instalaciones internas para ver que no haya pérdidas ni riesgo de los servicios”.

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“A partir de la revisión tarifaria integral, las empresas se comprometieron a renovar el parque y Metrogas va a cambiar 10 mil medidores. Eso sería una medida positiva y nadie puede oponerse, pero a veces implica que se les corte el servicio a centenares de familias en el Gran Buenos Aires y también Capital Federal”, sostuvo Bussetti. Al respecto, aclaró que “nadie puede desconocer que si hay un riesgo el servicio debe ser cortado, pero muchas veces no se trata de algo inmediato, sino de algo que puede ser resuelto en un mediano plazo y darle tiempo al usuario para que regularice la situación”.

“Vemos muchos casos en La Matanza donde se inspecciona la vivienda y se clausura un servicio por deficiencias menores o porque hubo ampliaciones no declaradas en el plano de la casa”, denunció sobre las ocasiones donde la interrupción de la prestación no debería ser inminente.

Es que, entre el elevado valor de la tarifa y la necesidad de llamar a un técnico para que repare las conexiones y regularice el servicio, muchas familias se quedan sin estufas en pleno invierno.

“Un matriculado cobra 3 mil pesos por la consulta y después otro número por la reparación. Como hay una gran demanda, se aprovechan. Entonces es una sumatoria que genera una seria inquietud, porque la gente tiene que enfrentar el pago de las tarifas, los problemas económicos y esta situación adicional”, apuntó el especialista. Otro tanto ocurre en edificios: “Muchos tienen el gas cortado porque una reparación en un consorcio de 60 familias que está arriba de los 10 mil pesos por consorcista, es un gasto que no está dentro de los cálculos de la gente en este momento de crisis económica”.

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