El enfrentamiento entre dos facciones de la barra, que habría dejado cinco heridos, provocó la suspensión del encuentro que en su estadio debería disputar con UAI Urquiza. El sábado visitará a San Martín de Burzaco.
La violencia se dio una vuelta por el fútbol. Extrañaba y volvió a asolar para generar el pánico e impedir que la pelota rodara. El lunes, Laferrere debía recibir a la UAI Urquiza en el Morumbí de La Matanza, pero no pudo ser, a raíz de un cruce entre barras, que se dirimió a los balazos. Ahora se expone a una sanción, que no ayudará a su complicado presente futbolístico.
Por ello, los encargados de seguridad definieron que el partido no se llevara a cabo. Sucedió que en cercanías del estadio se cruzaron dos facciones de la hinchada del Verde -la 79 y La Familia Villera, según se afirmó-, y ese enfrentamiento dejó heridos por armas de fuego, por lo menos cinco, pero que -según trascendió- no concurrieron a atenderse a hospitales por tener antecedentes penales.
Los jugadores de ambos equipos habían salido al campo para realizar el calentamiento previo, pero ante la ausencia de la ambulancia, todo se retrasaba. Por ello, todos se refugiaron en los vestuarios, puesto que la ambulancia que estaba destinada al partido se había ido del lugar para trasladar a los heridos.
Sin embargo, las autoridades luego de esperar un tiempo prudencial anunciaron que esa demora se transformaba en una suspensión definitiva.
Es que las garantías no existían para el normal desarrollo de un partido de fútbol, que se transformó una vez más en una crónica policial. Y para colmo de males, ya que con el flojo presente deportivo, ahora Lafe se enfrenta a una posible decisión de no poder jugar en Magnasco y Rodney.
El próximo sábado a las 20, Laferrere reaparecerá en una cancha de fútbol en el marco de la fecha 13 de la Primera B, cuando visite a San Martín de Burzaco, con arbitraje de Marcos Recalde.
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