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El capitán de Lanús valora el título internacional, que se erige como el sexto en su travesía por el Granate, y mira de reojo el futuro fuera de las canchas.
Lanús sigue disfrutando de la gloria con la Copa Sudamericana y quien lo vivió con una intensidad particular es Lautaro Acosta, el capitán, que confirmó su despedida con la máxima satisfacción. "Es el broche de oro para mi carrera. Ya no le puedo pedir más nada al fútbol", sentenció al recalcar lo que significa para él completar una extensa trayectoria con esa oportunidad de una nueva vuelta olímpica.
"Me queda agradecer. Me emociono porque son los últimos momentos de toda una vida jugando a la pelota, pero es el tiempo de dar un paso al costado. No podía terminar de otra manera", recalcó, aunque avisó que le quedan un par de juegos en el plano local, que podría ser incluso el miércoles frente a Tigre, en los octavos de final de la Copa de la Liga, en plena Fortaleza de Cabrero y Guidi.
El referente, con las emociones a flor de piel, recordó sus inicios en el club: "Son lágrimas de felicidad, estoy muy contento. Vengo de orígenes humildes, mi vieja siempre me apoyó. Fue todo esfuerzo, fue todo meterle para adelante. El tiempo pone todo en su lugar".
Además, el ídolo del Grana agregó: "Cuando entré al club tenía 7 años. Llegué con un par de botines que eran de baby y que los usaba de zapatillas. Iba con mi vieja hasta que no me pudo llevar más; mi hermano Rodrigo hizo de papá, mientras que mi viejo cuidaba a mis hermanas más chicas. El tren Roca fue mi transporte todos los días, pero ya todo eso terminó".
Por último, indicó: "Lo de Lanús es todo a base de esfuerzo, de responsabilidad y de hacer bien las cosas. El club lo merecía más que nadie. Me retiro campeón, no lo puedo creer, ni en mis mejores sueños".
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