La Selección Argentina de handball cayó con los magiares y se complica la clasificación a la siguiente instancia en París, algo que resaltó Federico, el más grande de los jugadores oriundos de Lanús.
Con los hermanos Federico e Ignacio Pizarro en el plantel, la Selección Argentina de handball cayó por 35 a 25 con Hungría, en torno a la segunda presentación en la fase inicial de los Juegos Olímpicos que se desarrollan en París.
Los Gladiadores, tal como se conoce al plantel albiceleste en esa especialidad, no encontraron el rumbo y sufrieron la efectividad de los magiares, grandes candidatos a acceder a la próxima instancia de la competencia.
Para los exponentes de la región y sus compañeros se trató de un desempeño esquivo que estuvo lejos del debut, en el que también se perdió, pero con una imagen mucho más lúcida y que generaba ilusión de cara a la labor reciente.
Es que aquel tropezón se certificó con Noruega, una de las potencias de la disciplina y que se erige en el lote de elite para intentar calzarse la medalla de oro. Allí se dio un 36 a 31 previsible del que se sacaron conclusiones óptimas por un ataque punzante y una jerarquía de envergadura en la mayoría de las figuras.
Ahora otra fue la historia. Los conducidos por Guillermo Milano mantuvieron la paridad el primer cuarto de hora y después, ante el primer desplante, todo se desmoronó. Y un instante crucial fue la salida tempranera de Diego Simonet, capitán del equipo, por una lesión muscular.
Desde allí, sin su as de espadas, el conjunto albiceleste padeció el juego, no supo cómo romper el cerco que le propuso el rival y se terminó quedando con las manos vacías antes de tiempo, ya que nunca fue capaz de volver a ponerse a tiro de un batacazo.
Y los números son elocuentes, pues, en el plano personal, los hermanos surgidos de Sedalo apenas pudieron acompañar el trámite, con un Federico, el mayor, que brindó un par de conversiones, mientras que el menor, Ignacio, sólo ingresó en un puñado de ocasiones, sin aportar lo que habitualmente hace, el desnivel del contragolpe.
"La verdad que fue un mal partido, tanto en ataque como en defensa. Nunca supimos en defensa cómo controlar al pivote de ellos y tampoco en ataque cómo perforar la defensa del rival, mientras que la definición también estuvo floja", señaló Federico Pizarro a la hora de analizar el compromiso con los europeos.
El lanusense sabe que Argentina puede dar más y lamenta la performance, pues Hungría era una chance concreta para ganar, dado lo que se avecina en el calendario. ¿Por qué? Se asoman los cruces con Francia y Dinamarca, "los dos mejores equipos del mundo", según su visión.
"Creo que se escapa la posibilidad de cumplir el objetivo. Veremos cómo se dan los próximos resultados del grupo a ver si podemos llegar con alguna mínima chance contra Egipto -el último contrincante- pero hoy, con la diferencia que perdimos sería casi imposible", afirmó.
Y añadió: "Así que ahora toca descansar porque vienen dos partidos contra los dos mejores equipos del mundo y hay que seguir estando competitivos, que es lo que queremos adentro de la cancha: reagruparse, descansar y seguir siendo competitivos hasta el final".
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