Cuando ocurrió el hecho, ella tenía 7 y el agresor 14. Ambos siguieron viviendo en el mismo barrio de Berazategui, y finalmente se animó a realizar la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia.
En un hecho de coraje, una mujer pudo denunciar 26 años después un aberrante abuso sexual que sufrió en su niñez en manos de su propio vecino, quien sigue viviendo en el mismo barrio de Berazategui y que en aquel entonces ya era adolescente, en tanto que dijo que toda la vida tuvo temor a que se repitiera y que repudia verle la cara a diario sabiendo lo que este le hizo, motivo por el cual decidió contar lo sucedido a modo de descarga para que las autoridades lo investiguen a pesar del paso del tiempo y sancionen al acusado en caso de confirmar su culpabilidad.
Se trata de una historia que fue contada casi tres décadas pasado el episodio y que dejó marcas eternas en la denunciante, que decidió no guardar más el secreto y lo expresó en la seccional policial. Los vecinos se mostraron conmocionados al respecto ya que el sujeto no tiene prontuario criminal y, obviamente, desconocían dicha historia. Así las cosas, esperan el trabajo de los investigadores para saber con precisión qué fue lo que sucedió y darle el derecho a réplica al ahora imputado.
Según la damnificada, de 33 años, todo comenzó en su vivienda de Berazategui cuando ella tenía tan solo 7. Allí un vecino de 14, que iba con frecuencia a dicha casa, abusó sexualmente de ella en una habitación y luego la amenazó con que no dijera nada. Pero lo peor de todo para la víctima vino después, ya que ambos siguieron viviendo en el mismo barrio y tuvo que seguir viéndole la cara. Nunca lo habló con nadie, pero la aberrante secuencia estaba latente a diario en su vida, no lo pudo seguir controlando y actuó en consecuencia.
Se dirigió a la Comisaría de la Mujer y la Familia de Berazategui y presentó la denuncia formal contra el hombre que ahora tiene 40 años y que sigue siendo su vecino. Según indicaron, revisaron su historial y jamás tuvo denuncias penales ni problemas con las autoridades, motivo por el cual resulta sorpresivo este relato sobre su conducta oculta. Es importante resaltar que se inició una respectiva investigación y deberá brindar su testimonio sobre la situación mencionada.
El caso quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 8 del Departamento Judicial de Quilmes, especializada en delitos sexuales contra menores de edad y fue caratulada como "Abuso sexual". Se esperan avances para determinar qué sucedió y someterán con distintas pruebas a ambas partes para saber si el relato es verídico.
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