Obispo de Lomas anunció que 2025 será "un año vocacional" para la diócesis

Así lo comunicó durante la misa celebrada en la casa de formación de futuros sacerdotes, ubicada en Adrogué, que abrió sus puertas a toda la comunidad. Concelebraron el obispo emérito de Rafaela y actual administrador de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, de Banfield, monseñor Luis Fernández; y el rector y el formador del seminario, presbíteros Daniel Bossio y Andrés Vallejos respectivamente, junto a un numeroso grupo de sacerdotes del clero diocesano y religioso.

Luego de bendecir una imagen de Nuestra Señora de la Paz, que el obispo donó para el seminario con motivo del 160° aniversario de la llegada y entronización de esa advocación a Lomas, monseñor Lugones instó a "seguir dando a conocer el amor del Padre", ocasión en la que además anunció que la diócesis vivirá en 2025 su año vocacional.

"Que el año que viene, que será un año jubilar para toda la Iglesia, también para nosotros sea un año vocacional", alentó el prelado, quien pidió, además, "transversalizar lo vocacional en todas las pastorales, en todas nuestras parroquias, en todos nuestros institutos religiosos, en nuestros colegios católicos".

"Dios sigue llamando, el Padre sigue llamando, porque Jesús quiere dar a conocer su nombre y quiere seguir dando conocer el amor del Padre, y cómo hacerlo si no es con los seguidores de Cristo, discípulos y discípulas", enfatizó.

Como todos los años, en el marco de la celebración de la fiesta patronal, el seminario reconoció también a los sacerdotes que cumplieron 25 y 50 años de ministerio. Así, con una estola de regalo, se galardonó a los presbíteros Pedro Figueroa, párroco de la iglesia Beata Laura Vicuña, del Barrio 2 de Abril (Santa Catalina, Lomas de Zamora), y Alain Dasnoy, quien este año celebra sus Bodas de Oro. Monseñor Lugones también recibió una estola, por sus 25 años de ordenación episcopal.

Aunque la casa de formación sacerdotal organiza los encuentros de monaguillos o jornadas de discernimiento vocacional, entre otras actividades, fue la primera vez que recibió masivamente a los miembros de la iglesia diocesana, lo que constituyó una gran ocasión para conocer el Seminario, compartir la mañana con los seminaristas y rezar por las vocaciones.