En el desempate por no descender a la Primera D, arrancó con el pie izquierdo el triangular: fue superado por 6 a 3. El sábado se medirá ante El Talar, y si pierde o empate su suerte estará sellada; incluso aunque gane.
Unión Ezpeleta quedó al borde del precipicio. En el desempate por no descender a la Primera D, el equipo de la U arrancó con el pie izquierdo y su futuro en la categoría parece casi sentenciado. En la primera de las tres finales, el Club Social y Deportivo Unión de Ezpeleta cayó por un contundente 6 a 3 frente a All Boys, en un partido que se jugó en Alvear.
Este triangular de desempate tiene un panorama muy oscuro: entre la U, el Albo y El Talar, dos equipos sufrirán el castigo de bajar de divisional, un golpe durísimo para cualquier institución. Con este escenario, el primer paso de Ezpeleta fue un traspié difícil de levantar.
A pesar del mal resultado, el equipo intentó reaccionar y pudo inflar la red rival en tres oportunidades. Los goles para el conjunto de Ezpeleta fueron convertidos por Ezequiel Cuquejo, Nahuel Ferreira y Francisco Palumbo, quienes poco pudieron hacer ante la potencia ofensiva de All Boys que terminó llevándose los tres puntos.
El calendario no da respiro y el sábado se viene otra final. Unión Ezpeleta tendrá que enfrentar a El Talar en el marco de la segunda jornada, y la calculadora ya está en mano de los dirigentes y el cuerpo técnico. El equipo tiene la soga al cuello, ya que una serie de resultados lo condenaría incluso antes de que termine el desempate.
La situación es de extrema gravedad. En caso de empatar o, peor aún, perder contra El Talar, el descenso será un hecho. Pero la complicación no termina ahí: incluso con un triunfo, si la victoria es por menos de seis goles de diferencia, Ezpeleta también quedaría condenado. Esto se debe a que All Boys quedaría por encima de la U en la tabla de posiciones del triangular por una mejor diferencia de goles. De esta forma, el último partido del desempate, que se jugará entre el Albo y El Talar, lo encontraría ya descendido. Ezpeleta necesita una épica para soñar con la salvación.
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