Una vecina que salió a socorrerlo expresó que el muchacho "no daba más del dolor en el pecho" y aseguró que, debido a lo salvaje de la acción, "casi lo matan".
Un joven fue asaltado y torturado con una picana eléctrica por delincuentes cuando volvía de trabajar a su casa en Ezpeleta Oeste por lo que tuvo que gritar desesperadamente para alertar al vecindario y lograr de esa manera que los malvivientes lo soltaran, en tanto que una vecina que salió a auxiliarlo confesó que la víctima "no daba más del dolor en el pecho" y que por la brutalidad de la acción "casi lo matan".
El lamentable episodio de violencia por parte de hampones contra trabajadores sacudió nuevamente la noche quilmeña. El hecho tuvo lugar el miércoles por la noche, a eso de las 22, en la calle México al 2900, llegando al cruce con Unamuno.
El afectado por el hecho es un muchacho de unos 22 años, que iba caminando y que de milagro no fue asesinado, producto de las torturas recibidas sin ningún tipo de razón. Todo quedó filmado por las cámaras de seguridad privadas de las casas del barrio.
En un principio, se puede ver al chico yendo tranquilamente hacia su domicilio, tras haber finalizado su jornada laboral. Sin embargo, en un momento ve cómo una moto con dos sujetos se aproxima y frena de golpe detrás de él.
El que conducía se quedó al volante y el que iba atrás se bajó rápidamente. En consecuencia, al verse en dicha situación y sin más posibilidades, la víctima comenzó a correr desesperadamente por el asfalto y por la vereda, dando vueltas en círculos para liberarse.
Es por eso que llegó a sacarse la mochila y la tiró por encima de una reja de una casa, haciendo que los delincuentes se enojaran aún más.
De inmediato el malhechor pudo atraparlo, lo tomó por el cuello y lo revoleó al suelo para sacarle lo último que le quedaba, que era el celular. Allí fue que el joven comenzó a gritar y, cuando menos se lo esperaba recibió una durísima descarga eléctrica que lo paralizó un instante.
El ladrón tenía una picana y, a modo de lastimarlo, se la apoyó en el pecho, al lado del corazón. En las filmaciones se puede observar cómo el aparato saca chispas, quedando así el muchacho completamente dolorido sin poder responder.
La alarma vecinal se activó y un auto que venía circulando desde cuadras anteriores y que vio el duro momento aceleró en dirección a los malvivientes para ahuyentarlos, logrando finalmente que se escaparan.
Los pobladores del barrio, que mantuvieron una charla con las autoridades de seguridad en los últimos días para encontrar soluciones respecto a la situación, asistieron al joven y llamaron al 911, que llegó a los minutos pero nada pudieron hacer.
De hecho, una vecina confesó que se trata de la misma moto que roba todos los días a la misma hora y en el mismo lugar. Además, indicó que "el pibe no daba más del dolor en el pecho por la picaneada que le pegaron" y que "casi lo matan".