Delincuentes se metieron en la casa de un matrimonio de septuagenarios de Quilmes, los maniataron y golpearon. "Teníamos vigilancia policial las 24 horas, pero desde hace un tiempo ya no hay más tareas de prevención del delito", sostuvo Jorge Segal a este medio.

Tras sufrir un violento robo en su vivienda de Quilmes Oeste, donde ingresaron cinco delincuentes que los maniataron y golpearon, un matrimonio de jubilados salió a denunciar que “la zona está liberada”, ya que contaban con presencia policial permanente en el barrio, pero en el último año y medio eliminaron las tareas de prevención del delito y, como consecuencia, la inseguridad aumentó “monstruosamente”.

Daniel y Lía Segal tienen 73 y 77 años y llevan 50 de casados, tiempo que pasaron juntos en una vivienda de avenida Triunvirato al 900.

En 2013 les tocó vivir de cerca el triste asesinato del panadero del barrio, Don Agustín, a quien mataron en el marco de un robo en su comercio. Desde que ocurrió ese hecho, en la esquina de Azcuénaga y Triunvirato designaron un móvil policial operativo las 24 horas. Incluso, cuando surgió la Policía Local tenían el privilegio de contar con dos caminantes que recorrían la zona de 8 a 20.

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Pero esa situación ideal cambió. “Retiraron por completo la vigilancia que teníamos y la seguridad aumentó monstruosamente. La situación había mejorado, pero ahora se fue todo al demonio. Ya asaltaron tres veces la zapatería de al lado de mi casa, también robaron en el almacén que está a la vuelta. A dos cuadras, le entraron en la casa a una vecina que tuvo más suerte que yo, porque no estaba cuando entraron los ladrones”, afirmó a DIARIO POPULAR Jorge Segal.

Asimismo, el jubilado se refirió al terrible momento que vivió ayer por la madrugada. “Fue una noche de terror, pensé que mataban a mi mujer y que después me iban a asesinar a mi. A ella se la llevaron a otra habitación y me decían que, si no les daba dinero, se la iban a llevar secuestrada a una villa”, describió y, luego, arremetió indignado: “Esto es lo más terrible que me pasó. Con Martiniano (Molina) no hay seguridad, sólo cuidan al vecino del centro de Quilmes”.

Por su parte, Daniel Segal, hijo del matrimonio, señaló a este medio que sus padres están “con mucho miedo, angustia e impotencia”, por lo que reclamó al Gobierno Local medidas para “devolver la tranquilidad al barrio”.

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