En diálogo con El Quilmeño, el ex futbolista dejó en claro que la pasión por la redonda es el principal motivo que lo lleva a las canchas: "Una vez que sentís el olorcito del vestuario no te lo querés perder nunca. Tratás de estar siempre, aunque sea media hora". En ese sentido, aclaró que "lo bueno es jugar con amigos y, a pesar de que hay adversarios, se hace una amistad con otros equipos".
Además, Rodríguez narró la historia de cómo llegó a disputar este campeonato. "Fue por intermedio de unos amigos que empezaron hace unos cinco años. Antes jugaba con otros muchachos en mayores de 35, pero después pasé de categoría".
Concentrado en el juego, el portero admitió que a veces intenta corregir a sus compañeros. "Desde el arco ves cosas que no te gustan y la verdad que los reto un poquito. Incluso algún insulto se me escapa. Uno que fue profesional y sabe algunos secretos de cada puesto trata de hablarlo de la mejor manera", manifestó.
Asimismo, sobre su juego particular, reveló que tiene un estilo bien definido. "Mi manera de jugar no cambió. Mi gran maestro fue Amadeo Carrizo y me enseñó a jugar adelantado. Me decía que Maradona, para que la tire por arriba, hay uno solo. También gracias a él aprendí a jugar con los pies", destacó.
Vida profesional
En su carrera, Rodríguez atajó en River, Deportivo Español y El Linqueño. A pesar de quedar tapado en su puesto por figuras como Ubaldo Matildo Fillol, Nery Pumpido y Sergio Goycochea, su estadía en el elenco Millonario lo marcó de una manera especial. "Fue una experiencia espectacular. Entré con 11 años y salí con 23, habiendo jugado siete partidos en Primera. Lo que se siente estar en ese vestuario no se paga con nada", expresó.
En su época en la Banda, tuvo el honor de compartir plantel con grandes glorias del fútbol: "Me tocó pisar una cancha junto a Francescoli, Alonso, Gallego, Passarella, Ramón Díaz, Gorosito, Funes, entre otra cantidad de jugadores. Y tuve técnicos como Veira, Di Stéfano, Pando, Labruna. Toda esta gente le brindó a su profesión cosas estupendas".
Asimismo, sobre su etapa en El Linqueño, contó: "Fui junto a Guillermo Nicosia y me trataron que parecía Maradona en Nápoles. Nos seguían a todos lados y se llenaba la cancha. Si no ascendimos fue porque nos tocó enfrentar al mejor Olimpo". A la vez, explicó que allá es un personaje querido: "La gente todavía nos recuerda. Hace poco me fui de vacaciones y me hicieron un homenaje, con camiseta incluida".