Está siendo sometida desde comienzos de enero a varias sesiones de quimioterapia, y justamente el quinto bloque del tratamiento lo iniciará esta semana.

Ariadna Micalea Pereyra tiene 14 años, cumplidos el 26 de febrero. Vive con sus padres, Natalia y Pablo, y sus hermanos Bautista y Catalina de 5 y 3 años, en San Vicente.

Y pocos días antes de la última Navidad, sus sueños y su energía adolescente sufrieron un duro golpe con la aparición de una enfermedad que requiere indefectiblemente un trasplante de médula.

Según cuenta a Diario Popular su abuela paterna, Reneé Persíncula, Ariadna “es una chica que siempre fue sana, pero hacia mediados de diciembre empezó a tener dolores que pensó que eran de muela, la primera presunción era que había un ganglio inflamado, va al pediatra, le hacen análisis porque no le calmaba el dolor, y en menos de una semana tuvimos el diagnóstico: leucemia mieloide aguda”.

De acuerdo a lo dicho por los médicos, la única solución para esta enfermedad es el trasplante de médula, un procedimiento que requiere la aparición de un donante compatible, algo que no es imposible pero que lleva su tiempo.

Mientras tanto, Ariadna está siendo sometida desde comienzos de enero a varias sesiones de quimioterapia, y justamente el quinto bloque del tratamiento lo iniciará esta semana.

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Su abuela comenta que “cada bloque le baja mucho las defensas, por lo que necesita descansar unos días y reponerse con medicación para volver a iniciar esta quimio que es necesaria para detener el proceso”.

Ariadna está siendo atendida en el hospital Sor María Ludovica de La Plata, lugar que cuenta con un centro de trasplantes, y donde hasta ahora la atención es buena.

Entre quimio y quimio, según relata Reneé, Ariadna “vuelve a su casa, que se convierte en un hospital, ya que recibe toda la ayuda necesaria a nivel médico y de control merced a la colaboración del área de salud comunal, aunque tiene sus limitaciones, porque la zona no cuenta con cloacas ni agua corriente”.

La adolescente cursa el segundo año en el colegio San José, y su atención insume a sus padres estar las 24 horas pendientes, rotándose, por si surge alguna urgencia y según su abuela “ella está consciente” de lo que padece, y aguarda que llegue un donante, pero además cuenta con el servicio psicológico que provee el INCUCAI.

Poca gente sabe exactamente cómo es la donación de médula, y en este sentido, Reneé explica que “la gente debe tomar conciencia de lo fácil que es donar. Este es un acto de amor, no es doloroso, y no todos lo saben, ya que se trata de extracción de células de la médula, no de extraer un órgano”.

La familia logró hacer hasta ahora una colecta con 500 donantes, en campañas realizadas en Lomas de Zamora y Coronel Brandsen.

La abuela de la chica detalla que “uno va, le sacan sangre, preguntan si quiere ser donante, y si es así, la muestra va al INCUCAI, que como no tiene laboratorio para tipificar muestras de donantes, se envían a laboratorios de Estados Unidos” y señala que “el tema es que llegan a acumularse más de 34 mil muestras antes de salir. Si el paciente no encuentra un donante con un 25% de compatibilidad en la familia si falla, hay que buscar en el registro de donantes, pero las formas de hacer el análisis de compatibilidad varía según el país”.

Reneé, como representante de una familia angustiada pero esperanzada en que Ariadna supere este mal momento, informa que quienes puedan ofrecerse como donantes pueden acudir a una página de Facebook denominada “unamédulaparaAri”, donde hay información al respecto.

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