La pérdida de pelo puede generar un gran impacto psicológico en hombres y mujeres. De hecho existen investigaciones que ponen esto de manifiesto. En el caso de los hombres existen quienes no le atribuyen mayor relevancia al asunto y están los que, por el contrario, no quieren ver caer su cabello e intentan combatir la alopecia con tratamientos capilares e incluso injertos si fueran. “En las mujeres la angustia es aún más marcada porque afecta directamente su autoestima”, dice el doctor Alejandro Chueco, médico (MN 78.349) cirujano especializado en estética capilar.
Si bien socialmente estamos acostumbrados a la alopecia en hombres, la alopecia en las mujeres no nos resulta tan familiar. Es un tema de preocupación y angustia que las lleva a acercarse cada vez más a centros de cuidado capilar para aprender de qué manera cuidar su cabellera y en el caso que sea necesario realizar tratamientos específicos.
Según un informe presentado por la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración del Cabello en los últimos años ha incrementado en un 17% la participación de la mujer en este tipo de tratamientos, incluyendo tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos. La mayor parte de los mismos son estéticos y/o reparadores y se practican en zonas como las cejas y cuero cabelludo por cicatrices que hayan quedado por accidentes u operaciones, también marcas de quemaduras.
Se denomina alopecia a la desaparición permanente del 25% del cuero cabelludo. Es importante aclarar que, a diferencia de lo que se cree, el cabello no se cae sino que se debilita progresivamente en cada ciclo hasta convertirse en un vello fino e imperceptible. En el caso de la alopecia femenina se acentúa con la edad: cerca del 30% de las mujeres de entre 40 y 60 años tienen problema de calvicie.
La causa más frecuente de caída de cabello es la alopecia androgenética producida por la actuación de andrógenos y caracterizada por el debilitamiento del cabello de la línea central. Las principales causas son la predisposición genética, una variación en los niveles de las hormonas endocrinas y por supuesto la edad. Además existen determinados momentos en la vida de una mujer que pueden afectarla directamente, como por ejemplo la menopausia, donde el problema suele acentuarse pudiendo llegar a perderse la línea frontal. Otro tipo de alopecia es aquella que está asociada a problemas de tiroides, infecciones, estrés, anemia, exceso de cosméticos, quimioterapia, entre otras.
También durante el embarazo, el cabello sufre algunas alteraciones debido a la presencia de hormonas placentarias, con lo que algunas mujeres pueden sufrir debilitamiento, resequedad, quiebre y falta de brillo.
Después del parto, la mayoría de las mujeres sufren una notada pérdida de cabello debido a que los niveles de estrógeno disminuyen en forma abrupta y los folículos pilosos se debilitan. Esta situación no dura más de 6 meses, aunque en algunos casos se puede extender al año. Si la alopecia continúa durante más de 12 meses, se recomienda la consulta con un especialista que pueda acompañarla para aconsejarla adecuadamente, ya que sea cual fuese el motivo, la pérdida de cabello puede generar en la mujer una baja de autoestima.
En la actualidad existen tratamientos tópicos (loción en cuero cabelludo) y sistémico médico (comprimidos por vía oral). En algunos casos, es preciso recurrir a un injerto capilar como última fase del tratamiento. La técnica más novedosa es el método FUE, en el que se extrae de manera individual la unidad folicular de la zona donante para insertarla también una a una en el área despoblada sin dolor ni cicatrices. Esta técnica de microtransplante también es muy buscada por las mujeres para la reparación de cejas por razones estéticas o por cicatrices debidas a accidentes, malas suturas, secuelas de tratamientos médicos invasivos, entre otros factores. Es decir: siempre hay esperanzas. Y hoy es mucho lo que puede hacerse para recuperar la estética perdida.