La comida suele ser protagonista de grandes momentos pero también acarrea ciertos riesgos como la posibilidad de atragantamiento, especialmente en el caso de los niños y los adultos mayores.
El atragantamiento se produce a partir de una obstrucción de la vía aérea y puede ser leve o grave. En este último caso, lo principal es tratar de extraer el objeto para que la persona pueda respirar, siempre que éste sea visible ya que de lo contrario, una mala maniobra puede hacer que se introduzca todavía más.
Además de los alimentos, hay objetos pequeños que pueden quedar atrapados en la garganta y obstruir las vías respiratorias, causando asfixia al impedir que el oxígeno llegue a los pulmones y al cerebro. El mayor peligro ocurre cuando el cerebro permanece sin oxígeno durante más de cuatro minutos, porque puede ocasionarse daño cerebral e incluso la muerte.
Los niños pequeños son los más vulnerables a estas situaciones, pudiendo asfixiarse con comidas u objetos pequeños, como partes de juguetes y monedas. Por eso es muy importante mantener estos elementos fuera de su alcance y supervisarlos mientras comen.
¿Cómo actuar frente a un atragantamiento? Si la persona puede hablar, hacer ruidos o tose ruidosamente se considera que la obstrucción es leve. En cambio, si la persona no puede respirar, ni hablar, ni hacer ruidos o realiza el signo típico del atragantamiento, agarrándose el cuello con una o ambas manos, se considera que la obstrucción es grave.
La Dra. María Valeria El Haj, explica en qué consiste la Maniobra de Heimlich, una acción rápida que puede salvarle la vida a una persona atragantada:
Si la persona que está sufriendo el atragantamiento es una embarazada o alguien de gran contextura, se sugiere hacer compresiones torácicas en lugar de abdominales.
El procedimiento para realizar las mismas consiste en rodearla por las axilas y colocar las manos en la mitad inferior del esternón, tirando hacia atrás.