El doctor Facundo Manes nos trae su columna semanal: Conocer para vivir mejor.

A todos nos pasó alguna vez tener dificultad para dormir y dar vueltas en la cama o despertarnos en medio de la noche y no poder volver a dormirnos. Seguramente que esa mañana, cuando tuvimos que enfrentar todas las obligaciones del día, no nos sentíamos del todo bien y no pudimos tener el mismo rendimiento que logramos cuando estamos bien descansados. Sabemos que necesitamos dormir bien y tener un descanso reparador.

En las últimas décadas la ciencia ha descubierto que el sueño desempeña diversos y fundamentales roles. Por ejemplo, está asociado con funciones inmunes, endócrinas y de memoria. Dormir no es solo importante para los seres humanos. Hasta donde se tiene conocimiento, todos los animales duermen. Sobre algunos mamíferos, como los cetáceos, delfines y ballenas, hay algunas revelaciones interesantes: una de ellas es que se cree que duermen usando un hemisferio del cerebro por vez ya que, si ellos se quedaran dormidos completamente, se hundirían y se ahogarían.

El desorden del sueño más frecuente es el insomnio. En segundo lugar aparece la apnea obstructiva del sueño, que es un trastorno respiratorio en el que, al dormir, se pierde el tono muscular de la garganta y de la lengua. Esto hace que se produzca una oclusión de la vía aérea. En consecuencia, se bloquea la respiración y, como movimiento reflejo, la persona se despierta para poder tomar aire. Otro trastorno menos común es la narcolepsia, que es la tendencia a dormirse en cualquier lugar sin tener la capacidad de controlarlo. También existen otros trastornos del sueño relacionados con el movimiento, como el síndrome de la pierna inquieta, que es el movimiento periódico de los miembros, y también las parsomnias, tales como caminar y hablar dormido.

Los trastornos del sueño no solo generan cansancio físico, sino que afectan negativamente todo nuestro organismo. Además, la evidencia acumulada durante las últimas décadas sugiere que soñar al dormir cumple un rol fundamental en la memoria y la emoción. Pareciera ser que se trata de un proceso que le permite al cerebro incrementar, consolidar e integrar nuevos aprendizajes en las memorias: toma la información recientemente aprendida y trata de buscarle significado en términos de posibles utilidades futuras. Así, el sueño aumenta la memoria y estabiliza la experiencia y los recuerdos haciéndolos resistentes a las interferencias e integrándolos a nuestro conocimiento general.

Por todo esto, tener un descanso reparador es un factor fundamental para nuestra salud y para el desarrollo de nuestra vida.

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