La circuncisión es una operación que consiste en cortar una pequeña porción del prepucio del pene humano. Los motivos, por los que los hombres se someten a esta práctica pueden ser religiosos, estéticos o médicos.
Los especialistas afirman que no existen contraindicaciones, por lo que la operación puede ser realizada tanto en un bebe recién nacido como en un adulto mayor.
En los últimos tiempos, este tipo de operación creció de manera considerable y cada vez son más los argentinos que consultan o directamente se la realizan.
Lo que pocos conocen detrás de las circuncisiones son las grandes ventajas que la práctica ancestral trae para quienes la poseen.
Según revelaron estudios conjuntos realizados por las universidades Johns Hopkins de Baltimore y Makerere de Uganda, y publicados en la revista científica The New England Journal of Medicine, la circuncisión redujo un 20% la posibilidad de contraer herpes genitales y un 35% la transmisión de HPV.
A su vez también se evitan otras patologías muy frecuentes del pene como fimosis, parafimosis y balanitis.
La sensibilidad crece de manera exponencial gracias a que con la circuncisión el glande queda permanentemente en descubierto.
A su vez, la ausencia de prepucio retrasa la eyaculación por lo que los encuentros carnales tienen una mayor duración.
Por último, el tercer beneficio de la circuncisión reside en la capacidad higiénica. Durante el día, el pene produce esmegma que es una secreción sebácea.
Esa secreción se acumula dentro del prepucio en aquellas personas que no poseen la circuncisión.
Después de la operación, el glande al haberse liberado del frenillo hace que el pene crezca entre 2 y 3 cms.