
Cuarenta años después de la erupción del Nevado del Ruiz, una abogada colombiana impulsa ante el Vaticano la beatificación de Omayra Sánchez, una adolescente que murió atrapada en el barro y a la que le atribuyen milagros.
El 13 de noviembre de 1985, la erupción del volcán Nevado del Ruiz arrasó con el municipio de Armero, en Colombia, dejando más de 25.000 muertos. Entre ellos, una historia se volvió universal: la de Omayra Sánchez, una chica de 13 años que agonizó durante tres días frente a las cámaras del mundo.
Hoy, su nombre vuelve a escucharse. La abogada Natalia Bernal Cano, especialista en derecho constitucional, promueve desde Francia su beatificación ante el Vaticano. Asegura que la niña “ofrendó su vida por otros y continúa haciendo milagros”. En redes sociales, la jurista pidió testimonios de quienes aseguren haber recibido curaciones “por mediación de Omayra”.
La Santa Sede analiza la solicitud para iniciar el proceso de beatificación de la joven armerita.
En 2023, Bernal Cano entregó una carta al entorno del papa Francisco, mientras el pontífice estaba internado en Roma. Allí solicitó que se estudie el caso. Según la abogada, ya existen “decenas de favores concedidos” a fieles que visitan su tumba en el cementerio de Armero.
El Vaticano respondió que la Conferencia Episcopal de Colombia debe iniciar el proceso formal, aunque Bernal duda de que haya suficiente voluntad. De todos modos, el sitio donde reposan los restos de Omayra se transformó en lugar de oración y promesas.
Durante las 60 horas que permaneció atrapada, Omayra habló con rescatistas y periodistas. Sonrió, cantó y pidió que rezaran por ella. Sus palabras, transmitidas en vivo, marcaron a toda una generación. “Ya el Señor me está esperando”, dijo antes de morir el 16 de noviembre de 1985.
Cuarenta años después, su historia sigue entre la fe y la memoria. Para algunos, fue una víctima del desastre. Para otros, un alma que nunca dejó de ayudar.