Con 25 pesos por semana lograron apuntalar el servicio policial y sumaron
60 colaboradores
entre empresarios, comerciantes y vecinos
Industriales, comerciantes y vecinos de Villa Diamante efectuaron reformas edilicias y restauraron a nuevo dos móviles policiales de la comisaría, tras los cambios producidos en esa dependencia que fuera cuestionada por propios y extraños en más de una oportunidad. Los vecinos, desde hacia un tiempo notaban un inusual movimiento de hombres y patrullas recorriendo el vecindario y por eso decidieron dar una mano. A esa mayor presencia de uniformados en la calle se suma que todos los día una patrulla apostada en Carlos Pellegrini, -una calle paralela al Riachuelo- lo que permite que se pueda volver a circular por ese lugar ya que nadie se atrevía debido a la cantidad de robos contra los automovilistas.
El curtiembrero Daniel González fue uno de los impulsores de esa iniciativa y fue muy sincero cuando expresó que siempre le dieron la espalda a la comisaría porque “no funcionaba, no había patrullaje, controles de autos y motos, como tampoco operativos, en resumen no se vigilaba como correspondía”. Sin embargo, con la llegada hace unos diez meses del comisario Walter Gómez, dijo que “notamos un cambio importante. Hay policías que se mueven, controlan el tránsito y no paran de trabajar. Con ese cambio en la forma de trabajar, también notamos que el comisario, a diferencia del resto de sus antecesores, siempre viste ropa de fajina y pasa gran parte del tiempo recorriendo la zona. Por eso decidimos colaborar”.
Plan y solidaridad
Para lograr el propósito, los vecinos diseñaron un plan de trabajo. En ese sentido, González destacó que “al comienzo apenas éramos una diez personas, aunque pronto llegamos a ser unos 60 empresarios con ganas de ayudar y que aportaron 25 pesos por semana. También hicieron ese aporte algunos empleados porque notaron la mayor presencia policial”.
Con esos fondos, y el aporte de mano de obra desinteresada, repararon los patrulleros que desde hacia tres años estaban abandonados y mejoraron la dependencia policial. De esa puesta a punto, dijo que “mientras que un taller de chapa y pintura cobró la mitad de la mano de obra del trabajo al igual que la rectificadora, otro se ocupó de los motores. Un tapicero de donó dos butacas, paneles laterales, alfombra y techo para los vehículos y, una vecina entregó sin cargo cuatro cubiertas”.
El vocero de los solidarios vecinos, precisó que “quisimos demostrarles que los vecinos estamos con ellos”, pero la ayuda de esos industriales se extendió más allá. También con lo recaudado se encargaron de realizar el mantenimiento preventivo a los restantes patrulleros y ya piensan en una segunda etapa para extender la iniciativa en el tiempo.
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