“El boxeo me dio otra alternativa para la vida, porque lo primero que logró en mí fue disciplinarme, y me brindó un plus para decirme a mí mismo que hay algo mejor”. Con esa contundencia se expresó Brian Calla, un joven boxeador que imparte sus conocimientos en distintas entidades de la región tras salir de la cárcel.
El hombre, entre los espacios en los que certifica su labor con los guantes está el Colegio de Abogados en los Tribunales de Lomas de Zamora, donde se le abrió las puertas para intentar insertarse en la sociedad. Y lo aprovechó de tal forma que así se expresa, resaltando, fundamentalmente, la figura de Alberto Sarlo, su instructor: “Fue clave porque también me enseñó filosofía y literatura cuando estaba en el Pabellón 4 en Florencio Varela. Iba al lugar todas las semanas y nos llevaba cultura”.
Y añadió, en sintonía: “La realidad es que siempre que me tocó salir, volvía a la cárcel por diversos problemas que no pude resolver. Pero, una vez que todo eso pasó, Alberto me dio su espacio en La Plata para entrenar y que me prepare”.
Allanado el camino, recaló en Lomas, todo a partir de una charla que se brindó. “Hablé sobre mi experiencia en el Pabellón 4 y desde ese momento me dieron el lugar y lo disfruto”, señaló, resaltando el puntal del deporte de los guantes.
Además de ese sitio, brinda clases en Marcos Paz. Y así detalla su importancia: “El trabajo dentro de las unidades me encanta porque puedo volcarle lo que yo aprendí a otros chicos. La idea es que los jóvenes no pasen lo que pasó uno para meterse en temas complicados”.
Sentimiento
El joven sabe perfectamente cuándo comenzó su relación afectuosa con el mundo de los guantes. Y lo expresa con simpleza: “Mi amor al boxeo nace en la Unidad 9 de La Plata, donde estuve detenido varios años”.¿Cómo fue? “Un chico me invitó a un gimnasio que había dentro del lugar y lo fui tomando como una sa lida para un mundo bastante complicado”.Y para que ese vínculo se afiance fue fundamental el aporte de Carlos Mena, coordinador de esa labor. “Me disciplinó a través del deporte. En ese momento me enamoré del boxeo, y no sólo de la parte física, sino más que nada los valores que expone. Porque el boxeo inculca muchas cosas más allá de los puños, y hay mucho compañerismo. Con esas cuestiones me metí de lleno”, afirmó.
Así la situación, mientras aguarda por la graduación como técnico FAB, pone en consideración cuáles son sus argumentos a la hora de enseñar. “Busco una estabilidad en los alumnos en el plano físico para que después el cuerpo responda a las exigencias de la clase, todo acorde a la edad y a la fisonomía del alumno”, cerró.