Tras el desahogo, por ese penal ejecutado por Gastón Aranda casi en el descuento, que le dio la igualdad, cuerpo técnico y plantel de Claypole coincidieron en que la necesidad de ganar no le permite considerar al punto como ganado frente a General Lamadrid. Las últimas malas campañas que hay que remontar en el presente le han puesto la vara muy alta y entonces, cada partido del Tambero se asemeja a una final, sobre todo de local, con todo el aliento, pero también la presión, de sus hinchas.
El empate lo dejó, una fecha más, afuera del último peldaño de la tabla de los promedios, ya que Centro Español también empató (en otro 2 a 2 y frente a Liniers, el próximo rival del blanquinegro), manteniendo las centésimas de diferencia (0,881 contra 0,812). Y a cuatro unidades de la zona de reducido, pero con otros dos equipos por delante.
Ahora, con tres días de diferencia, tendrá que saltar a la cancha, para visitar a Liniers en el estadio Juan Antonio Arias. El sábado, a las 17 y con el arbitraje de Diego Molina, se la juega en la cuenta regresiva para alcanzar las dos metas planteadas, donde aún quedan 14 fechas.
El entrenador Héctor Baillié espera por la recuperación del zaguero Diego Fassi y del delantero Gonzalo Vázquez, ambos arrastrando dolencias musculares, que le impidieron estar entre los convocados para medirse con Lamadrid. De todas maneras, en líneas generales, el DT quedó conforme con el rendimiento del equipo, sobre todo porque los goles fueron anotados por dos de los refuerzos que llegaron, como Pablo Ocampo en su debut, como Gastón Aranda en su vuelta al club.
Cabe recordar que el Tambero sumó tres delanteros para afrontar la segunda rueda del campeonato de la Primera “D”. El primero fue el retorno de Gastón Aranda, tras su paso por Yupanqui y Deportivo Paraguayo, y luego llegaron Ariel Bartet (ex Talleres de Remedios de Escalada) y Pablo Ocampo (ex Atlético Lugano, Deportivo Riestra y Temperley).