SurUrbano
El lomense, que llegó a ser campeón sudamericano, disfruta enseñando en su gimnasio, aunque no olvida sus vivencias dentro del cuadrilátero.
Podríamos escribir un libro con sus frases, historias, y un brillante pasado que lo ampara. Juan Carlos Ceferino "Rocky" Villarreal se larga a hablar y es difícil pararlo, como cuando boxeaba en la categoría Welter Junior. En su gimnasio de la calle Larrea al 300 de Lomas de Zamora y rodeado del amor familiar, el ex campeón sudamericano enseña el deporte que lo vio brillar y ahora también disfrutar de entrenar a su hijo.
Villarreal recibió en su gimnasio a Diario Popular y contó cómo surgió su pasión por el boxeo: "Empecé de pibito. A los 6, 7 años mi viejo me llevaba al Luna y me deslumbraba todo, las batas coloridas, los guantes". A partir de allí, el lomense comenzó su recorrido: "A los 12 años arranqué el gimnasio de Los Andes con Fito Miacagua, y luego pasé a Temperley, donde estaba Miguel Botta. A los 16 hice mis primeras peleas como amateur, y me llevaron al gimnasio del Luna, donde me recibió Santos Zacarías".
Justamente este entrenador fue clave en la carrera de Villareal: "Me dijo una frase que jamás voy a olvidar "Venite mañana si querés, pibe". Nunca más nos separamos, ya que cuando él falleció yo seguí con su hijo Alberto, con quien sigo teniendo fluida relación, tanto que colaboró con él en la preparación de Carolina Duer".
Luego, para el boxeador de la región llegó su carrera como amateur, cerca del ex campeón mundial Juan Martín Coggi: "Entre el 86 y 89 hice una carrera meteórica, gané todos los torneos habidos y por haber, y de 49 peleas, solo perdí 3 y empaté 3. A los 18 años ya fui sparring de Látigo Coggi, y a los 19 años me fui a Italia, en uno de esos viajes con Coggi, y me quedé allá por 5 años".
Esa expedición por Europa significó para el sureño el ingreso a la profesionalidad: "Allá en Italia fui contratado por la Organización Sabatini. Antes de irme hice tres peleas acá, las gané todas, y en Italia hice 20 combates, me impuse en 19 y perdí uno".
Retiro y vuelta
Pero la carrera de Villarreal tuvo sus altibajos: "Un día me cansé y dejé. Ya no tenía objetivos, casi no quedaban boxeadores con quien enfrentarme, y me fui a laburar a una oficina. Eso fue en el 2000, yo era campeón argentino y sudamericano", señaló el boxeador que, de todas formas, tuvo un regreso con alegría: "En 2005 me volvió a picar el bichito, estaba engordando, me veía mal y volví, y aunque no fue como en la primera etapa, hice también buenas peleas, gané el título Mundo Hispano y en 2009 dije adiós definitivamente", cerró el sureño.
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