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El proyecto más importante en lo que respecta a monedas digitales es el de los chinos y su Yuan digital, y Brasil también quiere sumarse a la tendencia.
Y si bien aún falta mucho análisis, por ejemplo si dicha moneda generaría intereses o en qué tipo de plataforma se lanzaría, el gigante sudamericano se suma a la carrera del dinero digital, donde hay actores como China, la Unión Europea y Estados Unidos.
"Creo que es muy importante que los Bancos Centrales conversen más y tengan una interacción mayor sobre el proyecto de moneda digital", expresó Campos Neto durante su intervención en la I Conferencia Iberoamericana de Bancos Centrales, organizada por el Banco de España y la Secretaría General Iberoamericana (Segib).
En su opinión, es fundamental que las monedas digitales que eventualmente se lancen en la región compartan sus "principales características" y, por ello, pidió unificar criterios y dirimir varios interrogantes que aún sobrevuelan sobre esta cuestión.
En este sentido, Campos Neto planteó algunas dudas en torno a ese proyecto, entre ellas si la moneda digital tendría remuneración, quién sería el órgano emisor, si el Banco Central sería el único custodio, el tipo de tecnología o si la divisa sería rastreable o no, cuestión esta última que ya ha levantado cierta polémica.
Campos Neto defendió así el lanzamiento de monedas digitales como una forma de impulsar la innovación tecnológica en el sector financiero, que, a su juicio, se ha acelerado con la irrupción de la pandemia del nuevo coronavirus.
El presidente del Banco Central de Brasil recordó que en este apartado ellos han presentado un proyecto de ley para "cambiar todas las características" de la divisa nacional, el real.
Esa iniciativa consta de tres fases, siendo la última tener una moneda digital, según explicó Campos Neto.
"Estamos avanzando bastante en el proceso de moneda digital y deberemos tener noticias en breve", indicó.
El economista descartó que la coyuntura actual sea una competición entre la banca tradicional y el sector tecnofinanciero ("fintech") y sí una "convergencia entre las redes sociales y el sistema financiero".
Por ello, los bancos centrales están obligados a discutir sobre cómo crear condiciones para tener un ambiente más competitivo a través de herramientas financieras "baratas, seguras, transparentes, rápidas y abiertas", según destacó.
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