La ley de seguridad impuesta por Pekín a Hong Kong levantó una ola de pánico entre los habitantes de la isla, quienes optaron por borrar sus “huellas” informáticas, desactivar sus cuentas en determinadas redes sociales, emigrar a otras plataformas “seguras” y hasta eliminar el historial, por miedo a las sanciones que podría aplicarles el régimen chino.
Desde el pasado martes, sobre la excolonia británica pesa una nueva normativa que, según algunos países extranjeros, viola el principio “un país, dos sistemas” que garantiza a los hongkoneses libertades desconocidas en otras partes de China.
Cabe destacar que Pekín mantuvo en secreto hasta el último minuto el contenido de esta ley que busca reprimir la subversión, la secesión, pero el cual, según numerosos juristas posee una vaga redacción que, prestándose a todas las interpretaciones, lleva a la autocensura.
Después de la promulgación de la ley, numerosos hongkoneses anunciaron que suprimían sus cuentas en Twitter, Telegram o Signal, mientras otros compartían consejos sobre las mejores formas de reducir las huellas dejadas en internet.
“Por su seguridad, estamos borrando todos los mensajes”, anunciaba el administrador de un grupo Telegram, muy seguido por los prodemocracia. “Por favor, tengan cuidado con lo que dicen”.
Un abogado simpatizante del movimiento prodemocracia envió un mensaje a un periodista de la agencia de noticias AFP pidiéndole borrar íntegramente su conversación de WhatsApp. Otros comunicaron que migraban a Signal, una red social que consideran más segura.
Los críticos de la nueva norma denuncian en particular el hecho de que China tendrá jurisdicción sobre algunos casos constitutivos de delito, socavando la soberanía judicial de Hong Kong, y que los policías chinos podrán operar en territorio hongkonés, algo inédito hasta ahora.
Entre otras preocupaciones destacan los poderes de vigilancia ampliados acordados a la policía, en especial en materia de escuchas y de acceso a las comunicaciones en internet, sin supervisión judicial.
Las primeras detenciones en virtud de la nueva ley se produjeron el miércoles, cuando miles de personas protestaron contra la prohibición de manifestar con ocasión del 23 aniversario de la devolución a China en 1997. La mayoría fueron detenidos por exhibir banderas u octavillas independentistas.