El jockey de 47 años, querido y respetado por sus colegas, cuenta que anhela ganar su quinto Gran Premio Nacional, sobre 2.500 metros, para igualar a Leguisamo y Valdivieso.

Ya no está Pablo Falero, tampoco Jorge Ricardo y se viene Francisco Goncalves, un jinete brasileño que gana y gana y no para de ganar; pero el ojo de la experiencia fija su mirada en Juan Carlos Noriega, un cordobés de 47 años que en silencio ha logrado un respeto total entre sus colegas.

Noriega ganó 4.233 carreras, cuatro Grandes Premios Nacionales y tres Grandes Premios Carlos Pellegrini. También un Gran Premio Dardo Rocha. Es un excelente jockey, su palmarés lo testimonia.

Nació en Crespín, un pueblo de Córdoba y a los 17 años vino a probar fortuna a la Capital Federal. En Palermo, conoció a su gran amigo de la vida y a un jockey que está en la gran historia del turf argentino. Ese amigo "fue, es y será Jorge Valdivieso", un fuera de serie que en 1997 ganó La Triple Corona con el caballo Refinado Tom.

"Valdivieso -dice Noriega- es mi amigo del alma. Apenas llegué al Hipódromo de Palermo lo conocí y nunca hemos tenido ningún problema. A él le tocó correr contra Sanguinetti, contra Falero, contra Jacinto Herrera y así y todo logró destacarse. Tenemos una amistad de años y es lo que la vida me regaló".

En la sala de jockeys de Palermo transita la conversación con Noriega. Se lo ve un tipo sereno, aplomado, lleno de experiencia y con un físico privilegiado que lo ha ayudado siempre. "Soy muy cuidadoso, me entreno como siempre y no tengo problemas con el peso. Mi vida es en familia y bien sencilla", asegura.

"Tengo dos hijos: Guido y Sol, juego al fútbol y también al padel. Soy hincha de Boca a muerte y amigo del 'Beto' Carranza (ex futbolista "xeneize" entre 1992 y 1995). Por ahí pasa mi vida...", agrega con sencillez.

-¿Qué le hace falta ganar en el turf?

- Noriega: Me gustaría ganar otro Gran Premio Nacional de 2.500 metros. ¿Sabe cuál es la razón de mi deseo?

- No.

- N: Leguisamo y Valdivieso ganaron cinco cada uno. Yo tengo cuatro en mi vitrina y me gustaría empatarles a estos dos monstruos. Soy un jockey de la larga distancia, de fondo. Gané otros tres Grandes Premios Carlos Pellegini en San Isidro y no me olvido del Dardo Rocha que gané con el caballo Potrialma. Soy de la larga y me gusta todo lo que significa correr más allá de los 1.600 metros. Ahí hay que emplear la inteligencia, la audacia, el sentido común, todo tiene que salir como uno lo planifica antes de la carrera.

Los jockeys más jóvenes como Goncalves, Enrique, Altair Domingos, Willian Pereyra y otros lo tratan como un hermano mayor. Hay respeto. El mismo respeto que sentía Noriega por Valdivieso, por Falero o por Vilmar Sanguinetti.

- Usted corrió durante 28 años los caballos del entrenador Roberto Pellegatta. ¿Con él hicieron uno de los binomios más importantes del turf argentino?.

- N: Sí, la época con Roberto Pellegatta fue famosa y muy fructífera. Roberto es un entrenador de la larga distancia. Sabe todo lo que hay que saber. Además tenía buenos caballos y era muy exigente. Cuando no le gustaba una cosa se lo hacía saber. Un entrenador completo que también me enseñó muchas cosas. De ahí es que me gusten tanto las carreras de fondo.

- ¿Tiene cábalas?

- N: Soplar el casco después de cada carrera.

- ¿Sintió alguna vez miedo al correr?

- N: No, nunca he sentido miedo en las carreras. He sido prudente pero nunca sentí miedo por nada. Ahora siento lo mismo con 47 años. Si bien sé que puede haber un accidente en cualquier momento yo no siento miedo. Voy a pleno arriba del caballo. Mi concentración es total y tengo los mismos reflejos que tenía a los 20 años.

- ¿Un color y un número?

- N: El azul y el número 10.

- ¿Por los palos o por afuera?

- N: Por los palos el disco está más cerca. Es más riesgoso, sí, pero hay ventajas. Y uno a veces tiene que aprovechar esas ventajas.

- ¿Un sueño por cumplir?

- N: El sueño era tener una familia y ya lo cumplí.

- ¿Qué opinión tiene de Pablo Falero?

- N: Fue un profesional al cien por cien. Todo lo que ganó lo tiene merecido porque se rompió el alma como pocos. Es un caso parecido al de Valdivieso.

- ¿Jorge Ricardo?

- N: Un ganador de carreras. Fue eso. Toda su energía estaba en ganar y ganar. Cada uno elige lo que quiere en la vida.

Sencillo, de voz baja, "Chupino" -así le llaman- asegura que es un agradecido a la vida. "Yo vine muy joven a Palermo y a San Isidro y soñaba con ser alguien famoso como jockey. Hoy me doy cuenta que lo soy y que he transitado la vida agradeciendo a Dios por lo que me dio. Uno debe trabajar mucho, sí, pero es Dios quien decide la suerte de uno".

"Chupino" Noriega es uno de los hombres más queridos dentro del ambiente del turf. Fue jinete en las cuadreras en Córdoba, se hizo amigo de Valdivieso, respetó el profesionalismo de Falero, escuchó los consejos del entrenador Roberto Pellegatta y se ganó un lugar por mérito propio. Hoy, con más sabiduría que nunca, suele ganar carreras en forma antológica.

Entrevista: Télam - Milo Taboada.

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