La estadounidense Madison Keys se impuso por 6-3, 2-6 y 7-5 a la número uno del mundo. Ocupará el séptimo lugar en la clasificación.
La estadounidense Madison Keys (19) se resarció del fatídico tropiezo en la final del US Open de 2017, después de superar en la final del Abierto de Australia a la bielorrusa y primera clasificada mundial, Aryna Sabalenka, por 6-3, 2-6 y 7-5, tras dos horas y dos minutos de juego.
La tenista de Illinois (Estados Unidos), que privó a Sabalenka de ganar su tercera corona consecutiva en el primer grande de la temporada, se convirtió a los 29 años de edad en la cuarta jugadora más veterana en conseguir su primer título Grand Slam, por detrás de la italiana Flavia Pennetta (US Open con 33 años), la británica Ann Jones (Wimbledon con 30 años) y la transalpina Francesca Schiavone (Roland Garros con 29 años).
La campeona de la edición de 2025 ascenderá en la clasificación WTA hasta la séptima posición después de superar los fantasmas de los últimos ocho años, que le acompañaron tras aquella dura derrota en la final de Flushing Meadows en 2017, frente a su compatriota Sloane Stephens, por un severo 6-3 y 6-0.
“Obviamente que pensé en aquel partido infinidad de veces en los últimos ocho años. Pienso que durante ese partido me consumieron los nervios, el momento, la oportunidad y todo esto. No pude darme la oportunidad de jugar”, comentó en la conferencia de prensa tras derrotar en las semifinales a la polaca Iga Swiatek (2).
Tan sólo la italiana Flavio Pennetta, que necesitó 49 intentos, y la francesa Marion Bartoli, con 47, precisaron de un mayor número de participaciones en un torneo Grand Slam antes de obtener la primera conquista 'major'.
El inicio de Keys fue arrollador y cumplió con la sensata conclusión que extrajo de aquel fatídico tropiezo en la final del US Open de 2017 frente a su compatriota Sloane Stephens. La tenista de Illinois había comentado que que en lugar de intentar no ponerse nerviosa, su objetivo pasaría por aceptar esos nervios y aprender a convivir con ellos. Desesperó a la número uno mundial con una implacable derecha y un inteligente tenis, que abarcaba desde reveses paralelos imprevisibles, hasta dejadas que esbozaron una sonrisa cargada de desesperación en el rostro de la vigente campeona.
Reaccionó tímidamente Aryna, que llegaba a la cita con 20 triunfos consecutivos en 'major' de pista dura, pero el incontestable 5-1 inicial le condenó a ceder en la primera manga por 6-3. Sabalenka decidió irse a los vestuarios para cambiar la dinámica de un primer set que duró 35 minutos.
Sabalenka cerró la primera manga con cuatro doble faltas, cuatro golpes ganadores y 13 errores no forzados, los cuales se alejaron considerablemente de su impoluta actuación en semifinales frente a una Paula Badosa que acabó rendida por su juego, tras comentar en rueda de prensa que se trataba de uno de los mejores partidos de su vida.
La cara de alarma de Sabalenka no se fue en el primer tramo del segundo set. Keys comenzó por delante tras mantener su saque y el nerviosismo creciente de la bielorrusa la empujaba a cambiar de raqueta en uno de los primeros cambios de lado, como una frenética respuesta a esa búsqueda de soluciones.
Bajó de revoluciones Keys y reencontró las buenas sensaciones Sabalenka tras igualar el partido al llevarse el segundo set (6-2) que finalizó con un 83% de acierto con el primer saque. El primer set lo había cerrado con un 64% en este aspecto.
A pesar de que la estadounidense bajó físicamente, se mantuvo a flote en el marcador durante el primer tramo del set definitivo. Con 2-2 y saque para la americana, ambas se concedieron el lujo de sonreir tras firmar un gran punto que acabó con 'winner' de Keys y el estallido de una grada que disfrutada con la emoción del choque.
Continuaron igualadas hasta que Keys consiguió quebrar el servicio de la biolorrusa cuando el marcador lucía un 6-5 a su favor Fue la gloria para la norteamericana y desazón para Sabalenka, quien no pudo contener su bronca y destrozó su raqueta contra el piso.
Keys se deshizo en abrazos y llantos con los miembros de su equipo. Se convirtió en la quinta estadounidense en lograr el Abierto de Australia en este siglo, superó en anteriores rondas a la estadounidense Ann Li, la rumana Emilia-Gabriela Ruse, la estdounidense Danielle Collins (10), la kazaja Elena Rybakina (6), la ucraniana Elena Svitolina (28) y la polaca Swiatek (2).
“Quería conseguir esto desde hacía muchísimo. Jugué una final y no fueron las cosas de mi lado. No sabía si regresaría a esta situación pero mi equipo confió en mí, así que quiero darles las gracias. Ellos creyeron en mí cuando yo no creía en mí misma”, dijo una emocionada Keys instantes después a recibir el trofeo de campeona Daphne Arkhurst, de las manos de la extenista local Evonne Goolagong.
“El año pasado fue muy duro, con lesiones muy difíciles. No sabía si volvería aquí, con este trofeo. Os amo mucho, a todas esas personas que me ayudaron a creer en mí y conseguir este sueño”, agregó una Keys que cayó en su primera final de Grand Slam en 2017, en Nueva York frente a su compatriota Sloane Stephens.
“Aryna jugaste increíble. Estoy feliz de haberte ganado de vuelta. Siempre tenemos partidos de locura. También quiero agradecer a todos los aficionados, me hacéis sentir como en casa. Aquí jugué mi primera semifinal en un slam y ahora gano mi primer grande”, afirmó una Madison Keys que mantiene un cara desfavorable (2-4) con la número uno mundial Aryna Sabalenka.
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