A San Lorenzo se le vienen compromisos futbolísticos importantes para su futuro y Diego Aguirre tendrá que resolver problemas de fondo para afrontarlos con éxito, ya que con veinticinco goles recibidos su equipo tiene una de las defensas más vencidas del campeonato superada, únicamente, por Arsenal, San Martín de San Juan y Quilmes. Teniendo en cuenta que después del receso, el arco azulgrana recibió siete goles en cuatro partidos. Aspecto negativo que también se repite en la Copa Libertadores en la cual cayó cinco veces en dos encuentros disputados.
Es decir que el promedio de tantos en contra del Ciclón, en lo que va del año, es de dos por partido jugado. Un coeficiente muy elevado para un equipo que tiene como objetivo pelear por salir campeón.
En el horizonte azulgrana primero aflora el encuentro del sábado contra Sarmiento de Junín, por el certamen de AFA, el cual intentará ganarlo para cambiar la imagen dejada en su traspié ante Tigre, en Victoria, y no descolgarse de la lucha por el título. O, al menos, mantenerse en los puestos de clasificación directa a la Copa Libertadores del año que viene. Y después asoma el compromiso del miércoles 12, en Chile, ante la Universidad Católica con la “obligación” de sumar los tres puntos para tratar de conseguir la primera victoria en el Grupo 4 del máximo certamen de clubes de la CONMEBOL, con el fin de mantener vivas las últimas chances de pasar de ronda.
El DT uruguayo todavía no pudo darle a su formación el equilibrio defensivo necesario para no sufrir tanto y sus jugadores, tampoco. En este punto de vista, Aguirre aún no encontró la fórmula que le sea útil a San Lorenzo para cerrar la puerta del fondo. Eso que probó con varias opciones, incluso improvisando a jugadores en otros puestos que no son los habituales suyos (por ejemplo, con Paulo Díaz como lateral derecho). Lo que, en definitiva, empeoró las cosas.
Acosado por los resultados, San Lorenzo debe encontrar soluciones defensivas antes de que sea demasiado tarde.
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