Trascendió por haber sido (y lo sigue siendo) el arquero récord de la Primera División del fútbol argentino. La vida deportiva de Carlos José Barisio, fallecido hoy a los 69 años, estuvo signada por aquellos 1.075 minutos, quebrados por Humberto Rafael Bravo, en el 1 a 1 con Talleres de Córdoba, en el Metropolitano (el que le peleó a Boca palmo a palmo hasta la última fecha) de 1981.
Aquel enorme mérito, que ni Armani pudo vencer (le faltaron 109 minutos, si lo hizo Andrada, pero contando también el plano internacional), tuvo su respaldo en aquella defensa de granito compuesta por Mario Gómez, Héctor Cúper, Juan Domingo Rocchia y Oscar Garré. Jugó la final del Nacional de ese año, ante River Plate, en aquel equipo tallado por la sabiduría de Carlos Griguol que, un año después, le dio el título del Nacional frente a Quilmes, estando Barisio en el arco de Ferro, en donde desarrolló la parte más importante de su carrera, con 140 partidos.
Cierta vez, en declaraciones periodísticas a Infobae, apelando a una humildad que formaba parte de su personalidad, señaló que: “Lo sentí como la cosecha de lo que había sembrado a la lo largo de mi carrera, porque atajar mal o bien es una circunstancia, lo importante es haber sido buena gente”, fue cuando Ferro, el que terminó siendo el club que lo marcó, lo homenajeó. En la víspera, el club de Caballito expresó que “lamentamos informar el fallecimiento de Carlos Barisio. Le enviamos nuestras condolencias a la familia y a sus amigos. íHasta siempre Carlitos!.
Pero aportó más que eso al fútbol argentino, de hecho, fue uno de los pocos futbolistas que jugó en River y Boca. En el club de Núñez, en la etapa post Amadeo Carrizo, dominada por José “Perico” Pérez, estuvo presente en 26 partidos y en Boca, a la sombra del Loco Gatti, solamente lo hizo en tres encuentros. También actuó en Gimnasia, All Boys, Deportivo Armenio y Chacarita Juniors. “tengo una enfermedad importante, me tengo que cuidar” expresó hace poco más de un año, cuando fue diagnosticaron cáncer de pulmón. Ayer se fue a seguir atajando al cielo... A buscar otra marca. A seguir exhibiendo su calidad.
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