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La jugadora australiana de rugby Ellia Green se declaró trans y contó su experiencia para combatir la transfobia y la homofobia en el deporte.
Ellia Green, que se consagró como campeona olímpica con la selección femenina de rugby Seven en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro hace ya seis años, decidió dar un paso muy importante en su vida al declararse hombre trans. "Es la mejor decisión de mi vida", aseguró.
Green contó su historia durante la "Cumbre Internacional para el fin de la transfobia y de la homofobia en el deporte" de Ottawa, donde se desarrolla además el Mundial de la comunidad gay del rugby.
Luego de brillar durante diez años en la Rugby League femenina (que se disputa con 13 jugadoras) y en la especialidad Seven, Green quedó al margen de la selección australiana que compitió en Tokio 2020 por las dudas relacionadas con su identidad de género.
En tal sentido, Green, quien trabaja en el sector de contenedores internacionales del aeropuerto de Sydney y celebró cumplir el rol de padre, declaró ser "el primer campeón olímpico transgénero".
Green, quien nació en Fiji y a temprana edad se trasladó a Australia para sumarse a una familia local, explicó que describirse de esta manera le sirve para atacar a "todos los que están sancionando a los trans del mundo del deporte".
Antes de realizar el cambio de sexo, Green, también embajador de la ONG "Adopta el Cambio", atravesó un período muy difícil, del cual habló para intentar servir de ejemplo a otros en la misma situación.
Tras su exclusión de Tokio 2020, decidió retirarse del rugby "y transcurrir el resto de mi vida, la ajena al deporte competitivo, en el cuerpo en el que me gustaría haber estado desde el inicio".
"Después del retiro me encontré en un lugar oscuro, pasé mucho tiempo sola en casa, en una habitación oscura, y no quería ver a nadie", reveló Green, quien padeció un cuadro de depresión.
"Entré y salí de instituciones de cuidado mental por problemas serios, y mi depresión llegó a un nuevo nivel de tristeza. Sentía vergenza de mí misma, sentía que había decepcionado a muchas personas, especialmente a mí misma y a mi madre", reveló.
"Me sentí un completo fiasco, fue desgarrador", aseveró Green, quien explicó que obtuvo fuerzas pensando que "antes del retiro ya había planificado mi operación y el tratamiento para mi transición". "Contaba los días junto a mi pareja", relató sobre Vanessa Turnbulla-Roberts, escritora y activista por los derechos de los aborígenes con quien son progenitores de Waitui.
"Ahora soy padre, y tal vez es más difícil que cualquier otra cosa que haya hecho", reconoció Green, quien resaltó la importancia de que no se olvide su caso y sirva de enseñanza para lanzar un mensaje. "Prohibir a las personas transgéneros del deporte es vergonzoso y doloroso. Significa sólo que las tasas de suicidio y los problemas de salud mental empeorarán cada vez más", alertó Green.
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