
Bandas organizadas avanzan sobre viviendas de adultos mayores en CABA y el Conurbano, con robos violentos, y amenazas, en el marco de un aumento sostenido y alarmante de casos recientes.
Cada día se denuncian alrededor de 60 robos a jubilados dentro de sus hogares en fiscalías de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. En el 80% de los casos, las víctimas "adultos mayores" sufren golpizas brutales y amenazas de muerte. La modalidad cada vez más frecuente es la "entradera", con delincuentes que irrumpen en viviendas durante la madrugada y exigen efectivo, haberes o ahorros guardados.
Las estadísticas del AMBA muestran un crecimiento sostenido de estos ataques en la última década, con incrementos marcados en distritos del Gran Buenos Aires. En la Ciudad, los barrios de Balvanera, Monserrat, Parque Patricios, Villa Santa Rita y Palermo registraron un aumento de episodios violentos contra personas mayores.
Los investigadores señalan que los jubilados son blancos elegidos por sus rutinas predecibles, poca movilidad, viviendas con medidas de seguridad precarias y la percepción de que guardan dinero en efectivo. La mayoría de los hechos ocurre durante la noche o la madrugada, cuando las víctimas están dormidas y los ladrones pueden reducirlas rápidamente.
En las últimas dos semanas se registraron diversos casos que ilustran la magnitud del problema. En la zona sur del conurbano, una banda cometió al menos veinte entraderas en Banfield, Lanús, Temperley y Lomas de Zamora. En los allanamientos se secuestraron armas, guantes, herramientas y documentación vinculada a los robos. Las víctimas, en su mayoría de entre 70 y 85 años, fueron golpeadas y obligadas a entregar dinero guardado para tratamientos médicos, alquileres o gastos básicos.
En Parque Patricios, en la Ciudad, delincuentes sorprendieron a una mujer de 87 años dentro de su casa. La maniataron de pies y manos, la amenazaron de muerte y le robaron dinero y joyas. La víctima permaneció más de una hora inmovilizada hasta que un vecino la escuchó pedir ayuda. Días después, en Balvanera, un matrimonio de jubilados fue atacado por tres ladrones que ingresaron por una terraza interna y los redujeron con violencia.
En Burzaco, una pareja mayor fue retenida durante casi dos horas por dos asaltantes que irrumpieron en su domicilio de madrugada. Los delincuentes los ataron, les taparon la cabeza con mantas y se llevaron electrodomésticos, celulares, dinero y documentación. La banda era investigada por hechos similares en Almirante Brown y alrededores.
Los investigadores describen un patrón repetido: bandas organizadas, roles distribuidos, uso de autos de apoyo, vigilancia previa del domicilio y entrada violenta mediante rotura de puertas, ventanas o rejas. Muchos de los detenidos en operativos recientes tenían antecedentes por robos agravados. En diversos procedimientos se secuestraron armas cortas, pasamontañas, herramientas de corte y mochilas con precintos plásticos.
Los adultos mayores atacados no solo sufren pérdidas económicas: quedan con secuelas físicas y psicológicas. Varios declararon sentir miedo incluso durante el día, evitar salir de sus casas o cambiar rutinas por temor a nuevos hechos.
Algunos manifestaron dificultades para dormir y ansiedad persistente tras haber sido sorprendidos en plena madrugada por delincuentes armados. La cifra oficial de denuncias en fiscalías del AMBA es considerada apenas un piso. Muchas víctimas no denuncian por desconfianza, por miedo a represalias o por la complejidad del trámite.
Las fiscalías reconocen que los procesos son lentos y que la identificación de los autores se dificulta por el uso de guantes, el accionar nocturno y la rapidez con que las bandas se desplazan entre distintos municipios. Mientras tanto, en los barrios más afectados del Gran Buenos Aires y de la Ciudad crecen los reclamos por una respuesta urgente.