El cirujano condenado por lesiones a varias mujeres, entre ellas la fallecida Silvina Luna, vive una situación delicada en el penal de Ezeiza. Señalaron que no recibe atención médica ni comida de familiares.
El médico Aníbal Lotocki enfrenta una de sus etapas más difíciles desde que permanece detenido, tras ser condenado por causar lesiones graves en procedimientos estéticos.
Según reveló el periodista Juan Etchegoyen, el cirujano habría solicitado atención médica dentro del penal de Ezeiza, pero no fue atendido, incluso luego de la intervención del juzgado correspondiente.
Lotocki fue condenado en 2022 a cuatro años de prisión e inhabilitación para ejercer la medicina por las lesiones provocadas a Estefanía Xipolitakis, Pamela Sosa, Graciela Trenchi y Silvina Luna -esta última fallecida en agosto de 2023-, a quienes les aplicó microesferas de polimetilmetacrilato (PMMA), una sustancia altamente cuestionada para usos estéticos.
Días atrás, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso extraordinario presentado por la defensa y dejó firme esa condena, una decisión que fue duramente cuestionada por su esposa, Majo Favarón. “Es una barbaridad”, declaró en los medios, aunque Lotocki enfrenta nuevas causas penales por más de una decena de víctimas y por el fallecimiento de Luna.
Según Etchegoyen, la situación del médico dentro del penal se ha deteriorado notablemente. “No tiene ningún trato preferencial, todo lo contrario: está recibiendo represalias constantes”, señaló el periodista, y agregó que en algunas ocasiones no se le permitió el ingreso de comida traída por familiares ni visitas.
Uno de los motivos del malestar dentro del penal, asegura Etchegoyen, es la mención reciente de una serie autobiográfica en la que Lotocki estaría trabajando desde prisión. “Está enfocado en eso, pensando todo el tiempo en el proyecto, pero eso no cayó bien en la unidad penitenciaria”, explicó.
La historia del cirujano, que durante años fue figura frecuente en los medios por operar a celebridades, parece dar un giro cada vez más sombrío. A la condena firme se suma un contexto penitenciario hostil y nuevas causas en curso que podrían agravar aún más su situación judicial y personal.