Bajo la dirección de
Daniel Barone, el primer envío asumió carácter introductorio y sirvió para presentar a los personajes con sus patologías y temores, que asumen un compendio de conductas que van de las
fobias a las compulsiones maníaco-depresivas, adicciones y manipulaciones varias; y plantear los recovecos personales de las vidas de los médicos.
El ciclo, que viene a ocupar el lugar que dejó vacante ‘Condicionados”, debutó anoche con un nivel de audiencia que la consultora Ibope estimó en
14.8 puntos de rating para el área metropolitana.
Otra vez, como en “Para vestir santos” que se desarrolló a lo largo de 2011, Daulte se mostró dueño de una inusual capacidad para el diálogo, recurso que maneja con agilidad, sin amaneramientos y con inteligencia, transformándolo en una llave maestra para llegar al mundo cotidiano de los personajes.
El envío rememora, tangencialmente, dos experiencias anteriores: la película de Alejandro Doria, “La isla”, sobre un grupo de internos psiquiátricos que desarrollaba coralmente el drama de cada uno donde, al igual que en este caso, no se repiten patologías entre los pacientes sino que cada uno representa un biotipo psiquiátrico definido.
Y también al filme de Woody Allen, “Maridos y esposas”, en este caso por el recurso de los personajes de hablar en solitario ante cámara para terminar de completar el cuadro de sentido de lo que se está desarrollando.
Al igual que en “Para vestir santos” y en general en muchos de los unitarios de Pol-Ka, las actuaciones juegan un papel protagónico, en este caso con un nuevamente eficaz y convincente
Rodrigo de la Serna como un manipulador y mentiroso compulsivo;
Gloria Carrá como una mujer de múltiples personalidades; y
Fernán Mirás, que encarna al jefe médico de la clínica y del grupo de pacientes que, además de su trabajo, transita un delicado panorama familiar al borde de la separación.
Completan la nómina actoral Paola Krum como una psicóloga residente que llega de Santa Fe,
Juan Minujín, como otro de los médicos;
Carla Peterson,
Guillermo Arengo y
Pilar Gamboa en el equipo de los pacientes; la enorme Marilú Marini como la madre de De la Serna; y Julieta Vallina que es la esposa de Mirás en la ficción.
Aun cuando se trata de los borrosos límites entre enfermedad y normalidad, “Tiempos compulsivos” enfoca su mirada, de modo más general, sobre las angustias existenciales y, particularmente, sobre la cuestión de la máscara: los múltiples y diversos personajes que asumimos e impostamos, ya sea como una estrategia defensiva o provocadora.
En este sentido, no es menor el espacio que ocupa la cuestión relativa a la mentira y la verdad:
lo que se inventa, lo que se calla, lo que se dice para ocultar, lo que se oculta al exhibir, lo que debe permanecer a resguardo, bajo control, secreto.
comentar