Con jugosos 18.9 puntos de arranques cedido por el buen debut de Mi Hermano es un Clon, ShowMatch tuvo un buen piso para su programa inaugural, ese que arrancó con los personajes de La Casa de Papel, con las caretas de Dalí bromeando sobre la demora en el arranque de esta temporada.
Luismi solo estuvo reflejado en un montaje, cantando un tema doblado en donde se burlaba también de la demora en volver. “Dejate de rascar/y ponete a laburar”, le gritaba a Macelo el Sol desde el clip.
La cosa pasó luego a estudios, con Maxi Trusso cantando temas de Depeche Mode y Simple Minds mientras Lourdes y sus bailarines realizaban una increíble performance.
Una coreografía de urban dance fue lo que mostró también la bella Laurita Fernández, ex campeona y actual jurado del ciclo, quien desplegó su arte en la estación Facultad de Derecho del Subte H.
Y en la explanada externa de dicha estación, El Choque Urbano puso ritmo y baile a otro gran momento de la noche donde incluso llegaron a tocar pasajes del himno nacional. El ritmo bajó en el sentido homenaje a los 44 fallecidos en el ARA San Juan, antes de pasar a una coreo de nado sincronizado. Así de ecléctica fue la cosa.
En ese amontonamiento de cuadros sin mucho que ver entre sí, se sumaron la mexicana Sofía Reyes en un baile muy flojo, Angela Torres y los chicos de Simona, Eva de Dominici y una coreo cuasi carnavalera en Puerto Madero, al ritmo de un Chano que ya es cábala en cada apertura.
A estas alturas, el rating había crecido a 23 puntos en tanto en Telefé 100 Días para Enamorarse oscilaba entre 12 y 13 puntos.
El Argentina Gospel Singers con su multitudinaria reunión de cantantes precedió al ingreso de Marcelo, que largó su grito de “Buenas Noches América” pisando las 23.12.
“Yo dije que volvíamos en abril... los argentinos nos olvidamos de tantas cosas... que no nos vamos a acordar ahora de esa pelotudez. Nos fuimos con un dólar de 18,44 y volvimos con un dólar a 40... ¡¡es lo de menos!!”.
Después de una serie de agradecimientos Tinelli se tomó unos minutos para agradecer a la gente y a sus colaboradores. “Para mi este es el mejor trabajo del mundo, si logramos que ustedes sonrían: misión cumplida. Sabemos que son tiempos difíciles. Creemos que la mejor manera para colaborar con nuestro país es hacer lo que mejor sabemos, a full. Somos LaFlia, ustedes ahí, nosotros acá, somos una gran familia”.
Hoy resonarán los ecos de la gran noche de ayer, que tanto trabajo de producción llevó, pero no hay tiempo para dormirse en los laureles. Hay que abrir la pista de baile. De este Bailando 2018 que con su arranque tardío promete tener una definición recién en 2019.
Se sabe que la primera en pisar la pista será Jimena Barón, acompañada por su partenaire Mauro Calazza. Ella será la primera en recibir los humores del jurado, sus devoluciones estrafalarias, a veces basadas en temas técnicos y otras -como en el caso de los jurados chimenteros- en subjetividades tan arbitrarias como tontas, pero funcionales al show.
En el momento en el que el público disfrutaba de la apertura, Marcelo Tinelli estaba en su camarín, mirando casi como un espectador más y disfrutando de la tarea cumplida. Allí dijo: “Pienso en mi papá, en qué lindo sería que mi viejo me estuviera viendo. Pienso en mi familia, pienso en la gente que lo está mirando. Pienso en la gente que está enferma, que por ahí tiene una depresión y puede ver el programa y divertirse. Pienso en todo eso. Siempre me pasa. Y está bueno”, dice orgulloso del camino recorrido. “Uno de los secretos del éxito tiene que ver con que el personaje que soy en la tele es muy parecido con la persona que soy fuera de la tele”, dice Tinelli y reconoce que, visto en perspectiva, el poder traspasar la pantalla e impactar en el día a día de los espectadores es uno de sus grandes activos. “La gente me dice: ‘Nos vimos anoche’, sienten que, como me ven, yo también los veo. Y a mí también me pasa eso. Eso se siente en el aire”, reconoció.