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Enrique "Quique" Alcatena cometió la travesura más divertida y llamó a las oficinas de la editorial, en New York, donde habló con el legendario guionista; su espectacular anécdota, en esta nota
Stan Lee, que falleció el lunes a los 95 años de edad, fue una inspiración para legiones de guionistas y dibujantes no sólo de su país, los Estados Unidos, sino también alrededor del mundo. Uno de esos fue el excelso dibujante argentino Enrique Alcatena, que guarda un grato recuerdo de la primera vez que habló con Stan Lee, cuando contaba con sólo 11 años de edad, y luego de concurrir a la famosa Bienal del Instituto Di Tella, cuya influencia sigue vigente 50 años después.
“Tenía 11 años, en 1968. Mi papá me había llevado a la Bienal de Arte del Instituto Di Tella y yo en esa época era un “marvelita” que venía leyendo desde los 9 años comics de Marvel que llegaban con cuentagotas a las librerías de productos en inglés”, le cuenta a POPULAR “Quique”, que ya por entonces tenía un gran dominio de ese idioma gracias a las prácticas que tenía con su abuela, que descendía de familia inglesa.
“Quedé muy manija con la Bienal, y encima a la salida mi viejo me compró más revistas de Marvel, me acuerdo que eran de Thor; y al día siguiente me dije ´yo tengo que hablar con Stan Lee´. Me acuerdo que estaba solo en casa con mi abuela, y ella estaba bastante lejos de mi ubicación así que llamé a la compañía telefónica –creo que era ENTel- y le pedí a la operadora que me comunicara con Marvel. Yo no tenía el teléfono pero tenía las revistas así que le di la dirección de la editorial en la vieja oficina de Madison Avenue”, recordó el dibujante de Merlín, Metallum Terra, Marco Polo y tantas otras.
“Fue re largo el trámite. Habrá pasado como una hora en la que me llamaban intermitentemente para confirmar datos. Al final, como una hora después, me llaman y me dicen que me consiguieron el teléfono y que me iban a comunicar. Me atendió una chica que debe haber sido Flo Steinberg (la mítica secretaria de Stan Lee devenida editora) y me pasó con Stan Lee; y él me escuchó atentamente. Yo le contaba que me gustaba esto, lo otro, y le contaba de la Argentina. Él me preguntaba por este país, porque quizá no podía creer que lo llamara alguien del otro lado del continente, y si me gustaban las revistas, y si me gustaba dibujar, de todo. El tipo me pidió los datos, mi dirección en una charla que, calculo ahora, debe haber durado no más de diez minutos”, cuenta con gran sentimiento Quique, quien además recuerda que le pidió que saque una revista del velocista Quicksilver, ya que, paradójicamente, él era un gran fanático de Flash, que pertenecía a DC, la competencia.
En su perfil de Facebook, Quique recuerda el final de la travesura que se le ocurrió hacer en una época en la que no sólo no había “telediscado” sino que las comunicaciones internacionales por teléfono eran bastante costosas. Lo reproducimos tal cual porque nadie mejor que este gran narrador para hacer el trabajo. “En fin, el que las hace las paga: yo había llevado a cabo toda esta peripecia sin dar parte a mis padres. Cuando ese mismo día más tarde llamaron de la empresa telefónica para corroborar si se había hecho desde ese abonado una comunicación al exterior, mi padre, desconcertado, lo negó. 'Una señorita', le dijeron (mi voz infantil aún no se había quebrado), la había solicitado. Ante la creciente extrañeza de mi viejo, confesé mi fechoría. Mi travesura había costado un dineral. Padecí la filípica y el secuestro de mis cómics (¡durante dos meses!) del caso. Pero mi destino de historietista ya estaba sellado” relata Quique, que definió así una vocación que lo llevaría con el tiempo no sólo a trabajar para la gran mayoría de las editoriales locales, sino también para las europeas y las norteamericanas, entre ella DC (¿quién no recuerda a su clásico Batman pirata?), y para Marvel en varios de sus títulos.
“Mi papá me miraba entre atónito y furioso porque era un fangote de guita. Yo ya estaba loco como ahora”, admite Quique, quien de todas maneras tuvo una recompensa por su atrevimiento.
“Yo le había contado a Stan Lee que al país no llegaban títulos como Marvel Collectors´ Item Classic y Marvel Tales y el tipo me envió una caja llena de estas revistas, que eran de 80 páginas, a mi casa con un pergamino dedicado en el que figuraban las firmas de todo los dibujantes de la editorial”, concluye Quique, que ha ilustrado títulos por demás aclamados por fanáticos de la editorial como Conan The Savage y Marvel Action Hour: Fantastic Four, así como también algunos números de X-Man y What If?.
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A los 95 años murió Stan Lee, el creador del Universo Marvel
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