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Con el clan familiar y varios protagonistas de la historia de ShowMatch, quien para algunos se destaca como la más mimada de Marcelo, disfrutó cual princesa. Una DJ muy particular y un menú ideal para paladares exquisitos.
Ni un viaje imposible, ni un celu nuevo, los quince de Juanita Tinelli se realizaron a la medida de su “estirpe”. La hija de Marcelo Tinelli y de la bailarina Paula Robles, vivió este fin de semana su fiesta soñada de la que participaron 600 invitados y varios shows, según su deseo. Con el clan familiar completo más algunas celebridades de Showmatch, el evento generado en un salón de Vicente López dedicado a la hija más chica de Marcelo - para algunos también la más mimada- tuvo de todo. Chato Prada y Lourdes Sánchez se destacaron entre los primeros en arribar y se desarmaron en elogios. El productor del ciclo de El Trece destacó la personalidad de la homenajeada. “Tiene mucho talento”. “Es tan divina que de sólo pensar cómo se desenvuelve me emociono”, reconoció Mimi -la mujer de El Tirri, -quien asistió sola-.
Agustina Casanova, Alejandro Ripoll -el director de ShowMatch y el doctor Luis Braverman, entre otros fueron los que se tomaron su tiempo para honrar a la muchacha.
Por supuesto que las chicas y los invitados en general, prestaron especial atención al look de Juanita. Y no es para menos. La agasajada lució un diseño de Ginebra, la marca de su hermana Micaela -quien también llevó un vestido suyo-, Candelaria uno de China by Antolyn y la mamá Paula Robles, quien acaparó las miradas de varios comensales, optó por un vestido dorado de El Camarín. Fiel a su estilo Tinelli se lookeó con Liguria y su mujer, Guillermina Valdés, también apeló a Antolyn, vestido rojo y bien sexy.
Ninguno se quejó del menú y no es para menos. Bondiola especiada, chutney de tomates, crema de coliflor y arvejas ‘Palomar’ de plato principal, dejó más que satisfechos a quienes durante la noche alternaron baile y bromas, de la mano de la DJ Pui Demaría, contratada especialmente para gusto de la princesa de la noche. Feliz siguieron hasta las primeras horas del día, en una jornada, de película. Como se debía.
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